viernes, 29 de junio de 2012

TXIKITEROS


EL DIARIO VASCO 29-06-2012
         Desde que en los vascos de este lado caló la española “es diferente” este es el paraíso de la diferencia, de la soberbia diferencia. Nadie como nosotros. ¿Que está el mundo sembrado de monumentos al soldado desconocido y a héroes anónimos? Nosotros lo mismo pero mejorado, nombramos bilbainos ilustres a los txikiteros. Los elevamos al nivel de los presidentes de la Bolsa y de Kutxabank, de la Federación Española de Futbol o al de Fito el de los Fitipaldis y Alex de la Iglesia. Ha sido este mismo año, y comparten el honor con la ABAO, ¡que bajo hemos caído Cabrera!, con una de las primeras escuelas mercantiles de Europa, con una ingeniería, una comunidad de monjas y con el creador de Don Celes. El último debate público que hubo sobre ellos aquí, en Gipuzkoa, más dados a lo espiritual y lo intelectual, fue eminentemente filológico. Se trataba de dilucidar si había de decirse txikitero o poteador. Hasta que no finalice el inconcluso debate, lustros, nadie debe esperar decisión definitiva

         Cómo no recordar, por ejemplo, que acabada la guerra civil se coronó el monte Saibigain con una cruz monumental, estilo dictadura, y más tarde, como atenuante del escarnio, se bautizó con ese nombre un bar restaurante de Barrenkale. Saibigain había sido escenario de batallas con numerosos muertos, el monte de la sangre. Decía Gabriel Aresti, pocos bilbainos más ilustres que él, que más gudaris habían muerto en el Saibigain de las siete calles. La lógica apabulla a la ilustre ciudadanía, salvada, claro, la perspectiva de género.

viernes, 22 de junio de 2012

REPROCHES


EL DIARIO VASCO 22 junio 2012

            Sin antibilbainismos. Vivir al lado de Bilbao puede ser un motivo de orgullo que, como toda euforia, puede desembocar en depresión. Dicen que eso nos pasa a donostiarras y guipuzcoanos, que vivimos en un ámbito deprimido y, como decimos aquí, de tristura. Se fueron los bertsolaris al BEC y los pelotaris  al coliseo de Mirivilla y nos dejaron solos, tristes y solos con los cocineros, a los cuales a veces les da por calentar más la boca y el ambiente que los pucheros y los fogones.

         Es ley de vida que para hacerse visible en el mapa mundi se busquen espacios de mayor extensión como pueden ser una gran urbe o el idioma castellano. A pesar de que lo entienda me causa dolor cierta impresión de ingratitud que percibo para con la ciudad de San Sebastián. Hay que reconocer que sin Donostia y su historia, en tiempos difíciles espacios de prestigio y consideración casi exclusivos de las dos disciplinas, hoy sería imposible hablar de bertsos o de pelota, y que eso exige una gratitud histórica con su ciudadanía y representantes.

         Es comportamiento de nuevo rico ser ingrato con el entorno y su problemática, y olvidadizo con sus orígenes. No se entiende si no, cómo puñetas se les puede achacar ausencia a alcaldes donostiarras en acontecimientos donde eran maltratados y desconsiderados con riesgo de su pellejo, y a cambio se cabree el empresario porque el guardia urbano no le reconociera, y ejerza el engreimiento de reprochar a los donostiarras el que Franco les meara al ojo, cuando la meada fue universal y sin plaza de parking estábamos todos.

sábado, 16 de junio de 2012

DUDOSO


        DV 15-06-2012
            Siempre le queda a uno la duda de no haber actuado con la suficiente entereza y dignidad, de no haber estado a la altura de las inevitables exigencias. Puede no importar cuando se trata de uno mismo, pero cuando puede afectar a otros, silenciosos otros, aprieta la congoja.  Surge la duda de si se ha contribuido a la devaluación de una causa que requiere justicia y sin la cual es irreparable, o de si se ha sido condescendiente y complaciente con actitudes a las que no les correspondía ese derecho ni tratamiento.
         Tuve un encuentro de buena voluntad no hace mucho, motivado por esa decisión de superar el pasado y de hablar de futuro entre gente que no nos hablábamos. Sin reproche alguno, resignados en el presente para poder convivir en el futuro, oí como mi interlocutor se refirió a mi deplorable pasado, -largo, pero no lejano-, arguyendo que me había tocado. Pusilánime, o políticamente correcto, renuncié al matiz y seguimos dialogando.
         Entre tanto mi mente se resistía a aceptar aquella idea de fatalidad. Era verdad que me había tocado a mí, sí, porque alguien había decidido que me tocara a mí. Otros tuvieron peor suerte en esa tétrica lotería y hoy todavía mucha gente los considera desafortunados aplastados por la historia, no otra cosa, un conflicto dicen. Todos sabemos que en esa historia, en ese conflicto, hubo gente que decidió y mucho, que dirigió el sorteo, y que está cerca el día de decírselo sin que se nos caigan los ojos. Hasta entonces, que acabará el tiempo del respeto a lo despreciable, casi todo estará pendiente.   

viernes, 8 de junio de 2012

POR FRASES

EL DIARIO VASCO 8-6-2012

La confusión de cosacos con bellacos dio para una columna  despachada a satisfacción y con confusiones e interpretaciones, casi todas ellas válidas y razonables. Arriesgaba al decirlo pero no me jugaba el físico. Más arriesgó el colega Berrio tratando del lenguaje del futbol, incluyendo a los futbolistas. Es esa una tarea que todo columnista honrado que se precie debe afrontar, en bien de la inteligibilidad, de la comunicación y de los códigos de convivencia. Otra cuestión es que se tenga fortuna en ello, que se acierte o no, que se hiera la sensibilidad del sector. Pero el mundo, no solo el futbol, se ha mediatizado a tales extremos que lo que se hace no tiene ninguna importancia y lo que se dice, aunque se diga con el único y honesto fin de matar el ocio o por obligaciones futbolísticas, es lo que vale, más que los goles.
         Hicieron historia el miedo escénico, el achique de espacios o el no se meta con mi país. Ya encumbrado, metido a comentarista, el coatch soltó lo de que los de ahora son más hijos del contexto que de sus padres. Fue entonces cuando los sensibles levitamos y nos empezó a dar igual un gol de Alemania que uno de Abisinia. Llegaría el balompedista diciendo que sus compas tienen más huevos (cojones, en términos técnicos) que el caballo de Espartaco. Esta última lección de historia es para los que afirman que lo único que ganó España hasta ayer era la batalla de Lepanto. Finaliza el programa futbolístico con el médico que dice que los futbolistas cuando juegan lo hacen con los veinte sentidos, menos de uno por millón, digo. Empieza la Europotra.

viernes, 1 de junio de 2012

COMO COSACOS


EL DIARIO VASCO 1-6-12
            Nuestro dignatario dijo que mentían como cosacos y se quedó tan ancho, con conciencia de haber dicho algo contundente, claro y definitivo. No es eso lo peor. Lo peor es que la mayoría de los que escuchan o leen ese aserto se quedan igual de anchos que él pensando que han oído o leído algo claro, contundente y definitivo.
         En lógica comunicativa no es entendible la frase, a no ser que alguien debidamente documentado nos dé una idea de la cuota de lo que mienten  los cosacos por cabeza y año, cifra hasta ahora incalculada pero que, por lo que se intuye, debe ser exagerada, en cualquier caso menor que la atribuible a los opositores al dignatario aludido, conocedor cierto, se supone, de los cosacos. Me pregunto que habrán hecho ellos para que se instale en nuestro lenguaje la expresión beber como un cosaco y acabar, por extensión, suplantando en nuestras castellanas fraseologías a los bellacos, diciendo que además mienten al punto de establecer marcas en la personalidad.
         Tan dados que somos aquí a predicar la sensibilidad para la conciencia e identidad de los pueblos y comunidades, sorprende esa ligereza de juicio, poco solidaria en la práctica de esa sensibilidad. No quiero ni imaginar las lindezas con las que nos regalarían los sentidos el susodicho y su cuadrilla si alguien, en una confusión más al uso, utilizara aquel dicho francés acerca de hablar como una vasca, o vaca, española, que no parece precisamente una frase equivalente al elogio de alguien que se exprese a la perfección. Cosaco es a bellaco lo que vaca es a vasca y vasco a Baco, o todos cosacos.