viernes, 28 de diciembre de 2012

BADABADU

EL IARIO VASCO 28-12-2012
         A tenor del título puede pensar el lector que la de hoy tampoco va en castellano y si no es así es más que probable que vaya en euskera. Cuando escribo esta columna en euskera, hay gente que se me acerca apenada de que no me haya entendido, los hay tan dueños de mi que me piden una pequeña traducción, o la traducción directamente. Nadie, en un territorio tan sensible, me lo ha dicho sin respeto y lo he solido entender como un gesto de cariño del que nunca sobra. Enternece el que me echen de menos y apena  el no hacerme entender. Con sorpresa y azoramiento tiro por la ironía y pienso que debiera responder que como nunca me dicen nada cuando escribo en castellano lo hago para comprobar que me echan en falta. No es cierto, ni sería justo con el lector. Habiendo gente agradecida en todas partes me consta de no poca gente que hace el esfuerzo de entenderme aunque no siempre consigo estar a su altura.
         Toda mi gratitud a la gente que no pierde las formas en medio de la pugna lingüística. Lo que hago no tiene por qué ser forzosamente para todos y la gente, una y otra, tiene sobrados motivos para sentirse desconsiderada. Peleo conmigo mismo para elegir una lengua u otra porque tengo dos, otra más dura es la pelea del que tiene solo una y no tiene elección, seguro. Las lenguas no serían lo que son si no estuvieran en contacto permanente unas con otras, no estarían vivas si no se confundieran entre sí. Sé que moverse entre ellas resulta grato o ingrato, según destrezas. La exposición de San Telmo es un honrado intento de exponer uno de los porqués. Badu bada

viernes, 21 de diciembre de 2012

EGIA

EL DIARIO VASCO 21-12-2012

          Historia eta gertakizun historikoak desitxuratzeko ez dago haiek ospatu eta ustez bere hartan zaintzen hastea bezalakorik. Kontatzaile oso onak behar dira egia, ahoz aho, belarriz, begiz,  galdu gabe zabaltzeko. Orain berrogei urte joandakoren bat askatuko bagenu gaurko Azpeitia edo Donostiako kaleetan edo geutakoren batzuek orain berrogei urteko Santo Tomas ospakizunetara itzuliko balira gauza beretsua esango luketen irudipena daukat: Hau ez da Azpeitia, ez Donostia, eta baldin bada hau ez da Santo Tomas eguna. Jaiak arrazoi serio bat tarteko ez bada ez ditugula ospatzen sinistuz geure buruak engainatzen jarraitzea ez da egin dezakegun okerrena, ez dugu horrekin kalte gehiegirik egiten.
          Auskalo nola kontatuko duten gaurkoa bizi dutenak hemendik berrogei urtera, nork daki zer sinesgarri eta zer sineskeria kontatuko dituzten. Seguru nago askoren oroimena guztiz lausoa izango dela eta zientoka dezente izango direla bizian harrapatu zuten lehendabiziko mozkorrari atxikiko zaizkionak.
          Mozkorra aitzakia, bada Arrate irratian larunbat bazkalondotan alkoholiko anonimotakoek  egiten duten irratsaioa. Memoria ariketa berebizikoa iruditzen zait kontatzen dutena. Entzun egin behar dira nola kontatzen duten, zer esaten duten, hizkuntzak zer balio hartzen duen, zer lekukotasun eskaintzen diguten. Historia, eta berarekin oroimena, folklorizatu dugun honetan, egia nola kontatzen den entzutea aintzakotzagotzat hartu eta gehiago eskertu beharko genuke. Hitz horiek bai direla memoria eta ez, hala deitu arren, komenientziara eraikitzen ditugun gezur txikiak.

domingo, 16 de diciembre de 2012

AGOBIANTE


 
EL DIARIO VASCO 14-12-2012
         Me puede el vicio de estar. Estar, estar y estar, y si no fuera una traición a mí mismo, fumar. Cada vez que tengo que caminar, lo hago con agrado pero no tanto, es porque me veo obligado a ello o por esa intranquilidad que inoculan en mi frágil conciencia los permanentes veladores de nuestra salud, que si la edad, que si el corazón, que si la barriga cervecera. Aunque lo parezca la mía no es cervecera. Como el Cid, sangre, sudor y lágrimas… cabalgo, cabalgo y escruto, por tanto me siento escrutado.

         Pero hay más elementos de inquietud en esa ruta que practico cuando la luz de la noche empieza a reinar. Inquieta el gentío que transita el paseo de La Concha hasta el Antiguo, nos tenemos que sortear en eses unos a otros y no todos somos igual de cívicos y convivenciales, los hay que se piensan que la barandilla es suya y no se apartan de ella ni para irse al baño, haciéndonos sentir, además, que siempre vamos a contramano. Nada comparable con los bufidos y resoplidos de atletas que uno teme que si no escupen al aire es porque no son de élite; o con esa iluminación, me río de la contaminación lumínica, que te obliga como si estuvieras echándole una carrera a tu propia sombra que te adelanta y la adelantas sin cesar.

         Yo sé que la gente no somos mala gente y queremos vivir en armonía, y que no debo transmitir mis agobios. Pero al próximo entrenador vocinglero que pase gritando a su grupo ¡Hemos decidido ir despacio para ir juntos! ¡Tú, con todos o véte a casa! le endilgo un ¡Esa ostentación de autoridad la haces en tu casa! ¡Idiota! Y quizás me relaje el paseo.

viernes, 7 de diciembre de 2012

¿PERDÓN? YA


EL DIARIO VASCO 7-12-2012 
        Cada vez con más frecuencia aparecen representantes públicos pidiendo perdón por su actitud o determinados comportamientos. Es un gesto que honra a quien lo hace y agradecemos quienes lo vivimos. Pero como casi todo, la honra y la gratitud también tienen sus límites. Para que resulten creíbles empiezan a ser demasiados, dan la impresión de que es una artimaña más para fingir una bondad natural y distraída con el ánimo de perpetuarse donde están y sobrevivir con apariencias de dignidad en una realidad crudamente calamitosa y, gracias a ellos, casi, ya, perpetua. Ya no basta con pedir perdón, nunca debiera de haber bastado, más importante que el perdón es la exigencia de responsabilidades.

         Otra que nos canta por nuestra ciudad es la de los derechos humanos. Me viene a colación con motivo de su conmemoración con un acto en memoria y reconocimiento a todas las víctimas del conflicto. Sin insistir  en el cinismo de los que jalearon, justificaron y estimaron necesaria la conculcación de derechos humanos al servicio de su causa, resulta difícil de sobrellevar sin rebelarse un llamamiento directo que hacen a la responsabilidad de la ciudad y de la ciudadanía y uno bien indirecto a ellos mismos, los gobernantes.

sábado, 1 de diciembre de 2012

SEMÁFOROS

EL DIARIO VASCO - 30-11-2012 
               Es bonito contar como se fue niño si el recuerdo se aliña con un poco de cariño. Pero poca gente renunciaría a ser adulta para retroceder a la más feliz de las infancias vividas. Es que yo creo que ser niño es, sobre todo, no ser lo suficientemente mayor y querer serlo a toda costa. Es su signo predominante. Recuerdo haber padecido esos hábitos de los mayores que a uno no le dejaban ser mayor y lo infantilizaban injustamente: la costumbre de mi madre, ahorrando tela, de cosernos los pantalones extremadamente cortos y sin bolsillos, así no había quien fuera mayor; la manía de obligarme a echar la siesta, obligación de la que estaba libre cualquiera que tuviera no muchos años. No había forma de ser mayor.
         Mi tío Xilbo  manifestó en su niñez su ardoroso deseo de ser mayor para poder llegar a ser un pordiosero o mendigo y perseguir en esa condición, garrote en mano, a cuanto niño se le pusiera delante. Es una perspectiva de vida comprensible en exclusiva desde lo infantil, y comprensible también en quienes tienen la obligación de comportarse y actuar sin atender a explicaciones, siempre al dictado de gente que incumple sus propias recomendaciones y sin derecho a saber el por qué de las cosas. Este es el pensamiento que me asalta cada vez que cruzo un paso de cebra con niño en frente o alrededor, cada vez que contemplo el fluir peatonal diario, porque pienso que los niños urbanos querrán ser mayores, pero ya mismo, para poderse saltar los semáforos en rojo. Pero todos los semáforos, sin dejar ninguno, como los mayores.