viernes, 27 de junio de 2014

KOMUNEKOAK

EL DIARIO VASCO 27-6-2014

         Komunean egiten diren irakurketez ari naiz irakurtzen. Zer esan handiak daude eta galdera pilo bat, oraindik eta ere erantzun gehiagorekin. Ez beti, dezentetan bai, irakurtzen dut nik ere komunean eta beti etortzen zait burura Ibon Sarasolaren Euskal Literaturaren Historia, hizkuntza batean bezala bestean. Joan den mendeko hirurogeiko hamarkadaren azken aldera gertatzen ari zen euskal literaturaren berritzeari buruzko orrialdeak dira. Pentsaera klerikalak ezin omen zuen onartu berrikuntza hori.

         Zugasti’tar Anizetok Salbador Garmendiaren Historia Triste Bat antzerki lanaz Zeruko Argiako artikulu batean esanak agertzen ditu: Antzerki horrek, bere mensaje eta guzti, ez zuela batere onik egingo gure errietan… asmatutako zikinkeria hark kalte ederra egingo zuela eta estreinaldirakoan Donostiako eliz-ateetan “Historia Triste Bat: 3-R” zentsura jarri zela. Aurrez Zugasti jauna “literatura de letrina”z mintzatzen omen zen artikulu berean.


         Literatura de letrina esapidea euskaratzeak eragindako zalantzaz gain, beste baterako hori, gogora etortzen zait, geure eskas eta urrian, kritikak sasoi batean izan zezakeen itxura anitza. Gaur euskaraz egina izate hutsak aski dirudiela diotenen eta iragan oro idealizatzeko joera dutenen aurrean behintzat. Ariketa kritiko bezala ikusia izan zitekeen hura botere ariketa lotsagabe bat ez besterik bezala gorde beharko genuke gure memorian. Bestelakoak dira komuneko kontuak, ordukoan ere ez botere guztien debekurik gabeak. Zalantzak, bietatik dago eta, hor jarraitzen du komuneko ala komunerako literatura argitu gabe. 

viernes, 20 de junio de 2014

CONTRA

EL DIARIO VASCO 20-6-2013

CONTRA

Nadie puede negar mi interés por el football, soporto el programa ramplón de una radio local cuando coincido, entre otras, con la emisión del himno de cualquier equipo rival del Bilbao. Por mi pasión por el balompié en el último año he sido telespectador en todos los partidos malos que ha jugado la Real los lunes a la noche. Y mi furor patriótico futbolístico ha hecho que entre los dos últimos campeonatos de Europa y del mundo haya seguido por televisión la final del mundial, no más, y algún preámbulo de euskal selekzioa.

         El miércoles, casi involuntariamente, sin poder decidir, al estilo del país, me vi forzado a ver el partido. No soportaba tanta indiferencia fingida, ni nerviosismo cómico, ni sátira al patrioterismo de quienes, en el fondo, actuaban de forma contraria a la que manifestaban o igual a la que criticaban.  Cenutrio o ceporro que me cruzaba me mentaban el partido que no pensaban ver, lo cual despertó en mi un decidido interés por verlo, como dirían ellos, no por mí sino por ellos.


         Lo vi, confieso que lo vi. Sobre la marcha constituimos, con mujer e hija, un grupo pro Xabi Alonso, que nos cae bien y se lo merece. No salimos bien parados. Comprobamos la proporción existente entre la dificultad de explicar a Proust o la de hacerlo con el 4-4-2. Echamos de menos a los esnobs que convocaban a pasear por La Concha con Metamorfosis de Kafka bajo el brazo en hora de fútbol importante. Prometí mentir al día siguiente afirmando no haberlo visto. Y todo porque estaba contra Chile. Como ellos, y como si los chilenos me hubieran hecho algo. Desastre!

viernes, 13 de junio de 2014

MIRAR

EL DIARIO VASCO 13-6-2014


         En cualquier otra época sin el arraigo audiovisual actual, lo de los desnudos de Munitibar se hubiera difundido como la aparición de alguna virgen, las apariciones solían tener un trasfondo similar, o como la última encarnación del diablo fuera del frutal. Daba lástima el contrito y compungido fotógrafo excusándose por haber causado dolor sin medida a su madre o haberles hecho sentir lacerante oprobio a sus convecinos que en tanto les considera. Pero el desnudo ante el confesionario, ahí queda, cargado de pecado, sacrílego, simbólico.

         Todo lo contrario ocurre en las piscinas públicas de Vitoria, en las que bañarse vestida, al menos con burka, provoca que inmediatamente se ejecute la orden del señor alcalde de expulsar de la piscina a la ciudadana que tan intolerablemente se comporta, cual turista indecente en la sinagoga-mezquita de Hebrón.


         Y ayer, amigos y amigas, debatimos largo, y sin conclusiones definitivas, sobre la portada del programa de fiestas de Hernani, sobre su enfoque de género, o su desenfoque, sobre su inocuidad o perversión, sobre si bailaban o se enzarzaban, sobre si era ritmo o frenesí, sobre el akelarre. Me dicen que desde que se democratizó la belleza, las mujeres se muestran sin cautela y advirtiéndonos de que no las tenemos por qué tocar. Que el que nos enseñen a mirarlas sin agredirlas es un imperativo democrático. Que no nos engañemos, que ni ellas, ni nada, ni nadie, son lo que se cuenta que vemos, que lo que se cuenta es el solo reflejo de nuestro ojo, y que nuestras miradas... Nos delata lo que miramos, no lo que vemos.

viernes, 6 de junio de 2014

YA VIENEN

EL DIARIO VASCO 6-6-2014

         Vivo paralelo a esa ola de republicanismo que nos agita y desentumece. Miro atrás y, todavía, me reconozco. Me pongo en posición, hace cuarenta años, me miro y me encuentro inimaginable. Me oigo y recuerdo, y me encuentro en el pasado valeroso, audaz, atrevido, ineducado, inexperto, despectivo, torpe, tosco, ignorante y entregado. Me perdono más que me aplaudo. Y aquí estamos en donde lo veíamos imposible. No me lo sé explicar. Si, a la sazón, me hubiera oído lo que digo me consideraría reaccionario y despreciable.

         Sin embargo, pienso que si hubiera sido capaz de ver materializables los años contados, treinta y ocho, treinta y... hubiera jurado y prometido perdonar la bribonería, la golfería, incluso el carácter hereditario y anacronismos como la sangre que no fluye roja. Decía que no, dije que no y me veo en la anciana obligación de entender que digan que no. La edad nos volvió monárquicos funcionales pero nos está al  llegar la hora de la retirada.


         No es bueno que la juventud trague y comulgue anacronismos, es malo que tenga que actuar por fe en nuestra inmensa, pero cuantas veces mentirosa, bondad, y no embotada en su propia inexperiencia. A casi todos nos atrajo más lo pintoresco que lo útil, debemos echarles una mano en cambiar aquello que va a ser para ellos, no pueden esperar a que abdiquemos... tenemos que confesar que nuestras fuerzas están casi agotadas, como nuestros ardores, y que estamos a compartir posibles e imposibles. Puede que nos reduzcan la pensión en plena república, pero también ellos lo harán porque les parezca inevitable. En fin.