viernes, 25 de julio de 2014

BASTERRETXEA

EL DIARIO VASCO 25-7-2014

         Con que alegría reivindican algunos la memoria y que problemática resulta. Será que no la respeto o es ella la que no me respeta, pero no consigo encajar algunas cosas. He intentado recordar la última escultura que Nestor Basterretxea plantó en San Sebastián y no me he encontrado con nadie que se acuerde de ella ni reconozca su existencia. Era una pieza homenaje a Juan de Astigarrabia. Me lancé a encontrarla y acudí al lugar que creí que se ubicó por primera vez, más propio para esconderla que para mostrarla, no estaba y tuve miedo. Creo que la he encontrado, pero no hay manera humana de enterarse. Debe de ser esta una de las formas del respeto a la cacareada memoria.

         El escultor acabará siendo nombre de calle o plaza cuando lo que pretendió fue dejarnos obra y no nombre. Echo de menos esa norma que nunca pude cumplir de no designar espacios con nombres de personas mientras estas vivan o no hayan transcurrido cinco años desde su fallecimiento. El colmo de la desmemoria sería que el artista, en una de esas ironías de la vida, acabara dando nombre a un espacio urbano inexistente o, muy propio tratándose de un escultor vasco, a un volumen vacío y también inexistente.

El mismo día que nos informan de que nuestros representantes políticos van a proponer el nombre de Basterretxea para una plaza del centro Tabakalera sobre las vías del tren, nos informan de la improbabilidad de su construcción. Se prevé unanimidad, señal de máximo respeto al artista y a su memoria. Voy a intentar encontrar su última pieza y que lo sepamos. ¡Qué horror!, la memoria


viernes, 18 de julio de 2014

DE LETRINA

EL DIARIO VASCO 18-7-2014


         Les tengo contado como se me quedó grabada aquella frase del canónigo que para reprobar una obra habló de literatura de letrina. La primera vez que lo leí lo entendí de aquella manera. No quiero que piensen que me ha dado por lo escatológico, pero así lo entendí. Por aquellos tiempos era muy frecuente oír expresiones como la de que no vale ni para limpiarse el c… con lo que en mi primera lectura entendí que de aquella obra lo más valioso era el papel y no la letra, y que el papel era idóneo para desempeñar funciones encomendadas con todo aquello que tuviera que ver con lo excrementicio y por tanto sustitutivo del higiénico.

         De entonces aquí he leído bastante en el retrete, incluso he descubierto algún autor y dispuesto una minibiblioteca que fracasó porque ni la instalación ni el momento me parecen para una lectura programada. Supongo que muchos de los lectores han vivido y viven experiencias similares. Y no sé todavía si ese hábito o manía, depende, es virtud o defecto pero sí que cuando la literatura de letrina no me ha resultado desagradable no le he encontrado sentido a esa frase del canónigo.

         No le preguntaré, lector, sobre sus rutinas ni por lo que, en la materia, se lleva en tiempos modernos, pero casi todo está respondido; el mejor papel para la vida de las bacterias, periódico o libro, edición de novelas en papel higiénico a página por recorte, estadísticas sobre lo femenino o masculino del hábito, libro, folleto, hoja volandera, grado académico de los lectores y hasta estudios médicos que desaconsejan leer en el water. Es que la cultura…


viernes, 11 de julio de 2014

¿ASÍ?

EL DIARIO VASCO 11-7-2014

         Casi la mitad de la riqueza que se acumula en el mundo es posesión del uno por ciento de los humanos. Dichosos ellos, cuesta desearles nada mejor. De las siete mil millones de personas que habitamos el planeta 3.500 millones son pobres ¿les podemos ofrecer algo peor? Sí, la explicación de por qué resulta imposible enderezar su situación. Si juntáramos todo el dinero que pueden acumular esas 3.500 millones de personas nos daríamos cuenta de que la cantidad reunida es menor a la que podrían juntar las ochenta y cinco personas más ricas del mundo. Y olé.

         Pero la riqueza no parece ser antídoto contra el miedo y la inseguridad, más bien lo contrario. Aventuraría, sin temor a equivocarme, que el mundo gasta más en la seguridad de esas ochenta y pico gentes que en la de los 3.500 millones humanos personas. Diríase que su principio de existencia es la defensa de su posesión. Para ello no dudan en refugiarse en fortalezas inexpugnables, en guardar cuanto tienen bajo una férrea oscuridad.


         Luxemburgo inaugurará el próximo setiembre, una especie de cueva de Alí Baba de 22.000 metros cuadrados aeroportuarios para poner a recaudo, documentos, dinero, arte, joyas y lo que se nos ocurra, al igual que acoge tribunales, bancos y secretarías parlamentarias europeas. El ducado que será sede de esa gigantesca caja fuerte, de ese crisol europeo, es un símbolo, triste o positivo, de la Europa modelo. Los luxemburgueses hablan francés, alemán y luxemburgués, aunque no se les oiga. ¿Perdurarán sus tres lenguas incluso en esa caja fuerte de universal patrimonio?

viernes, 4 de julio de 2014

HALLGRIMSSON

EL DIARIO VASCO 4-7-2014

         El poeta y padre de la patria islandesa Jonas Hallgrimsson murió como consecuencia de caer escaleras abajo tras una borrachera cogida en una cena en Copenhague. Así lo cuenta Kundera en su novela La Ignorancia. El alma del poeta, ya en una Islandia independiente, visitó en 1946 a un industrial a quien le requirió para que trasladara sus restos mortales depositados en territorio extranjero y enemigo a suelo islandés. Puestos a la tarea, el gobierno ordenó enterrar los huesos en el Panteón Nacional de Thingvellir. Los desenterradores se encontraron con que, en su pobreza, el exiliado poeta tuvo que compartir tumba con otros pobres. El industrial, disimulando sus dudas ante calaveras y tumbas sin nombre, optó por uno de los esqueletos con tan mala fortuna que trasladaron los restos de un carnicero danés, que son los que hoy disfrutan de tan patriótico descanso en lugar del poeta.


         Ni a la Real Sociedad le supongo como al industrial islandés, ni creo que Alfred Finnbogason sea tan ciego como él, concluyendo que ninguno de los dos se ha equivocado en la operación y que el islandés es islandés y futbolista, y no danés y carnicero, o sueca y bailaora. No me meto en asuntos como el instinto goleador o el olfato ante portería, pero si que me ha llamado la atención ese suéter con el que se presentó en Zubieta y que rezaba "Brooklyn parle français". Me ha hecho recordar a aquel ciclista de prestigio internacional que proveniente de Ginebra prefirió residir en San Sebastián a hacerlo en Barcelona, porque aquí no había, o no percibía él, problema lingüístico.