viernes, 31 de octubre de 2014

JUARISTIS

EL DIARIO VASCO 31-10-2014

         Podemos sobrellevar cualquier injusticia que lancen sobre nosotros, robos, latrocinios, chantajes, imposturas, violaciones, cualquier cosa. Para todo ello tenemos el correspondiente protocolo y manual de uso, de muy dudosa efectividad, pero lo tenemos. Lo que de verdad nos desarma, inquieta y ciega son algunos galardones o reconocimientos oficiales. No estamos preparados para reaccionar a la ofensa que podamos sentir.
         Extrañan, no debiera ser así, los premios Euskadi de literatura y ensayo en castellano de este año, Idoia Estornés y Jon Juaristi respectivamente. Son dos figuras de difícil identificación con el nacionalismo reinante en nuestro país, o incluso enemigos declarados. Se pueden hacer muchas lecturas sobre la concesión, de hecho se están haciendo. Desde quien dice que nuestro nacionalismo, el vasco, lava su conciencia de esta manera hasta los que dudan del derecho al premio de un autor que no reconoce la existencia de Euskadi (sic).

         Personalmente me aferro a la tesis de la independencia de los jurados y del respeto a su decisión. Me aferro a la querencia y al cariño que profesan a su tierra y a sus paisanos los dos autores. Este cariño y respeto, que como a Unamuno y a otros llevamos años intentado negárselo, lo he sentido en su lectura y con muchas dificultades de compartirlo. La mayor parte de la gente que me rodea siente un extraño impedimento para reconocer bondades y quienes van lanzando invectivas, sobre todo contra Juaristi, no le han leído ni una sola línea, al igual, por cierto, que los que lo apoyan por pura coyuntura política. Me alegro.

domingo, 26 de octubre de 2014

CULTURA 902

EL DIARIO VASCO 25-10-2014

         Me mataron en sueños, dos o más veces, y deje de soñar. No dolió, caí al suelo, una mancha empezó a extenderse en mi niqui y dije: se acabó. ¡Lo que no había soñado yo! Ahora empiezo a mezclar realidad e imaginación y pienso que morir es diferente a aquel sueño. Debe de ser como que un teléfono 902 te diga: Usted no existe ¿por qué llama? Ante la insistencia, la amable gestora de asistencia y asesoría te da la solución: un momento, no se preocupe, le paso con el departamento de inexistentes, no cuelgue por favor. Ocupados los agentes de inexistentes, tras larga espera, otra voz dice que por mi seguridad y por motivos de calidad la conversación va a ser grabada, el bucle de departamentos concluye donde recibieron mi primera llamada. Cuelgo y no muero.
         Deben de estar ya pensando que soy de esos tantos solitarios que agradecen las llamadas comerciales pues le suponen una oportunidad de hablar y de que le hablen. Imagino que cuando llamo alguien, de cualquier departamento, grita “¡Atentos, el educado, el bobo!” y el servicio se colapsa ante la general y estrepitosa carcajada de los agentes.

         Yo no he hecho nada malo, he comprado una novela para mi lector electrónico. Quince días y no carga. Llevo gastados en teléfono como media biblioteca de autor. Si se llega a saber que he sido pillado robando libros, sepa que con la intención de devolver la diferencia de lo sustraído por lo no servido y gastado en reclamar por el mismo método al que obligan las reclamaciones. Ruego consideren el acto como cultura, son libros al fin y al cabo, y no como delito vulgar. ¡Atentos los 902, lo voy a hacer!

viernes, 17 de octubre de 2014

BUSEO PUBLICO

EL DIARIO VASCO 17-10-2014


         ¡Hombre, tú por aquí, entre nosotros! ¡Qué honor! Así contabas, ufano, que te habló aquel pasajero, tan sorprendido de verte compartiendo transporte público con ellos, que se pasó de parada y tuvo que bajar en la siguiente. Te honró el comentario, que valorara que compartieras servicio público, y te dolió por lo que suponía de ignorar la violenta circunstancia que te impedía compartir viaje y viajeros. Él no podía, no debía, ignorarlo.

         De entonces aquí, y en otras circunstancias, has conseguido convertirte en un habitual del servicio público, que también ha mejorado mucho, todo hay que decirlo, y ha rodado más de una cabeza responsable de esa mejora. Cada vez que tomas un autobús sientes la ciudadana satisfacción de un sistema de transporte eficaz y accesible, eficacia y accesibilidad que no han mermado ni con el cambio de rectores políticos, ni con la escasez de recursos consecuencia de la crisis. Cada vez que viajas te maravillas del servicio, igual que tu padre, en su agonía, con las atenciones de la seguridad social, nada nuevo

         Te he visto estos días en el 33, en el 40, o en los dos, satisfecho y comprometido, con el discurso a hombros. Ocho y pico de la mañana, autobús repleto, olor humano, a empleada, a estudiante, calor, condensación, fauna variada. Quién, toquitea su móvil o tablet, quién, oye música auricular procedente de aparato vigente; hay quien lleva apuntes en soporte tradicional, quien lee un libro electrónico, un evangelio ortodoxo en rústica. Observas, miras, reparas y, en cualquiera de los casos, no dejas de ser el viajero más viejo, tú y, a veces, un cura. Vaya dos.

viernes, 10 de octubre de 2014

JUSTOS Y JUSTAS

EL DIARIO VASCO 10-10-2014

Cuenta alguna gente, saladamente, que cada día que se despiertan de la siesta sin que se la hayan interrumpido con una llamada de Jazztel, o de alguna compañía de gas o de electricidad, se despiertan intranquilas y acaban llamando a la compañía preguntando a ver si les ha podido ocurrir algo. Y es que la cosa está así de enrevesada, tanto que me extraña que todavía no se haya instaurado la medida, no condenatoria, de cárceles y presidios, de disciplina relajada pero de mucha seguridad, para ricachones no delincuentes, con el único objetivo de que estos no sean víctimas de la milagrosa irrupción violenta de algún afectado por su opulenta gestión. ¿Habrá alguien en España, Cataluña y Comunidad autónoma del País Vasco incluidas, que no haya sido titular de alguna tarjeta B? Sí es que hay alguien propongo que se le compense con un estipendio mensual vitalicio de, al menos, 1500 euros libres de impuestos.
Esta es una de esas en la que se exclama lo de que venga dios y vea lo que nos sucede, pero tampoco es el caso. Recuerdo el pasaje bíblico en el que se nos cuenta que Abraham estaba convencido de que el número de justos que había en Sodoma y Gomorra era superior a lo que pudiera parecer. Yahvé destruyó Sodoma y Gomorra haciendo llover azufre y salvando a Lot y sus concupiscencias, que no a la esposa de este, porque no contó ni diez. Fue injusta la quema de Sodoma y Gomorra, a saber cuánta gente no impía pereció en el incendio. Que ningún dios baje a vernos, porque, aparte de no merecemos este final, estoy convencido de que entre nosotros hay más justos, muchos más, de lo que parece.

viernes, 3 de octubre de 2014

ETZEGARATE@

EL DIARIO VASCO 3-10-2014
            Txirrita bertsolariaren kalea jarri zioten kaleari izena eta errotulua, bi hizkuntzetan, calle del bertsolari Txirrita, alegia. Ez nago ziur intentzioa Txirrita gure aipamenetan gordetzea ala, bertakoen ahotan ezin bazen, euskara pareta bazterrean nabarmen iltzatua uztea zen. Baina, aldaketak aldaketa, Txirrita kalea, calle Txirrita ere bai nahi izanez gero, “calle bertsolari” oso ohiko erabilera izatera iritsi da, ez euskara eta ez Txirrita gogoan gelditu direlarik.

         Hala ere kale izenak hizkuntza bietan jartzea ondo iruditzen zait eta bai eta hizkuntza bakarrean ere, bakar hori beste hizkuntzatik ere ulertzen bada behintzat. Ulertzeko; calle de la música bi hizkuntzetan baino musika kalea hizkuntza bakarrean jarriko nukeela, edo Mariano kalea Marianoren kalea baino egokiagotzat joko nukeela kalerik edo plazarik mereziko lukeen Marianorik balego. Ez azkenaldian Donostiako agintariek egin duten proposamen negargarri hori bezala!


         Halako proposamena halako erantzuna,  oposiziotik Euskaltzaindiari galdetzea proposatu da. Harriak negar. Akademia bati, zalantzak konpontzeko egonik ere, aginte arduratsu batetik ez zaio galdera tentelik egin behar, arinkeriekin enbarazurik eragin behar, kontua modu zelebrean amaitu baitaiteke. Begira Idiazabalerako  erabakia: Echegárate ezagutu genuena, Etxegarate izatera kostata bihurtu genuena. Ia denak esaten eta idazten ikasita geneukanean, Etzegarate omen zuzena, erraza eta debaldekoa gertatuko balitz bezala aldaketa. Zuzentasun filologiko nolabaiteko hori zentzuz eta tentuz erabiltzen ez bada erotu egingo gaituzte, euskara eta gu.