domingo, 24 de enero de 2016

AMAMANTANDO

EL DIARIO VASCO 22-01-2016


         Asombra la logística que se necesita desplegar para el correcto cuidado de un bebé, la logística de los pudientes y la logística de garantía de mínimos, la pública, nunca suficiente. Nos asombra tanto que a veces, en días intensos, nos preguntamos cómo es que se las arreglaban nuestros antepasados, siendo infinitamente mayor el número de criaturas a las que tenían que atender. Entre tontería y tontería sobre la menor atención y el menor cuidado de la vida infantil, tras horas de debate, se nos suele hacer la luz y damos con la respuesta: se encargaba de la tarea la mujer, madre, abuela, tía, hermana, pero la mujer en exclusiva. A casi ninguna de ellas le asistía el derecho a trabajar por un salario.

         Ocurrió hasta nuestros días. Nunca olvido aquellas discusiones plenarias de mi ayuntamiento en el que la mayoría de los concejales, haciéndose eco de pensamientos nada minoritarios, desdeñaban la idea de guarderías públicas con el argumento de que las arcas públicas no estaban para favorecer el modus vivendi privilegiado de matrimonios con dos empleos. Aquellos plenos olían a tamborrada de machos. Hoy, es imposible la atención a los niños sin conciliación familiar ni infraestructura pública.

         Quienes procedemos de aquellas vivencias, quitando lo que de exhibicionismo y de demagogia pueda tener, debiéramos entender y justificar, salvo el posado de la criatura en brazos del profeta, el gesto de la diputada que presentó en sociedad a su hijo en un pleno parlamentario; y recordar a Maite Pagazaurtundua que hace como veinte años amamantó a su hijo en una dependencia de la cámara vasca. También se dijeron cosas, como no era de los de ellos…

viernes, 15 de enero de 2016

EN GARMENDIPE

EL DIARIO VASCO 15-1-2016

            De chaval también fui socio del Lagun Onak de Azpeitia. Durante el partido no hacíamos más que molestar y picarle al defensa derecho, trompeta de la banda y recién difunto. Acabó perdonándonos y tratándonos con cariño. Sí que añoro su música. En nuestras infantiles presencias en Garmendipe el ritual de final de partido era el de acercarnos a los ventanucos del vestuario, entonces caseta, e intentar ver a los admirados jugadores duchándose en pelota picada mientras bramaban y berreaban como becerros en celo. Intuíamos que los cuerpos desnudos portaban algo que todavía no estaba al alcance de nuestro buen entender. Quizás alguien nos reprimía por este hecho, pero sin que la reprimenda fuera excesivamente seria.
         Ha sido noticia, bastante comentada, el que alguien, se intuye que más tecnológico que aquellos chavales, ha practicado agujeros en los vestuarios de ese estadio. Las prisas en las reacciones obligaron a pensar que las perforaciones, antiquísima práctica, se han realizado en los vestuarios femeninos, cuando al parecer esos vestuarios son utilizados por todos los sexos. Instituciones, asociaciones, colectivos… han exhibido su indignación e inflexible corrección política con comunicados, posicionamientos públicos y solidaridad con las jugadoras.

         Desconozco el mecanismo que nos impide formular la hipótesis de que el perforador fuera un ser masculino con intenciones de violentar e invadir otros cuerpos masculinos y el nivel de escándalo que ésta hubiera acarreado en una sociedad que se tiene cada vez por menos machista o que es, de pura correcta, de moral cada vez más asexuada. Mírenselo bien. Observen.

viernes, 8 de enero de 2016

¿BUENOS?

EL DIARIO VASCO 8-1-2015

            Eran otros tiempos, la bondad y los buenos sentimientos existían, pero ni se desbordaban y excedían, ni estaban socialmente organizados, salvo en ámbitos religiosos cuya prioridad era dios más que el prójimo. Los reyes magos nos solían traer calzoncillos, de blanco inmaculado, y calcetines, calor para el cuerpo.  Algo de más color y sabor también solía caer, una caja de pinturas Alpìno generalmente. Soy de recuerdo muy navideñero, de niño asombrado ante el espectáculo 3D de un belén en lugar y casa bien o medio bien. Se fueron nuestros padres y no hay rey que se acuerde de nosotros en esta república, incapaz de formar ningún gobierno, en la que nos quieren hacer creer que quieren a la patria cuando nos consta que son incapaces de sentir lo mínimo por el vecino de escalera, ni de saludarlo siquiera.
            Gente de buena intención la hay y mucha, pero también algún día habrá que pedirles responsabilidades, y los buenos sentimientos tienen cauces organizativos. Me embarga y enternece que aquellos niños sin reyes magos cobren en sus manos pieza de juguetería proporcionada al calor de entidades que necesitan proclamar al mundo que son humanas, generosas y útiles. No se qué es más cruel, la imagen de un niño sin juguete o la de un niño con juguete y con necesidades básicas sin cubrir.

            Me pregunto cómo sería un mundo en el que a los niños se les explicara claramente por qué tienen, o dejan de tener, juguetes, o un mundo en el que los reyes magos fueran Hacienda y la distribución de regalos no estuviera al albur de gente que, bondadosamente, tributa aquello que le sobra. Seríamos repulsivamente cívicos, pero ¿tan buenos? Ni hablar.