viernes, 29 de junio de 2018

A MANADAS

EL DIARIO VASCO 29-6-2018


Parece ser que fue acusado de algún delito sexual y la denuncia no prosperó ni en el ámbito policial ni en tribunales. Salvo rumores ya no hubo noticia pública de él, ni certeza alguna. Acudió a las fiestas del pueblo vecino. De madrugada fue a tomar alguna bebida en la txosna de la comisión organizadora. Le negaron el servicio y le conminaron a abandonar el pueblo. La txosna encendió las luces de cierre y el grupo musical interrumpió el concierto. Tengo entendido que abandonó la plaza en medio del silencio condenatorio.
No acabó ahí; acudió a uno de los bares del pueblo donde volvió la conminación a abandonar el pueblo y a negársele el servicio. Volvieron a encenderse las luces y callar la música. Parece ser que al fin consiguieron que se largara el reo del populismo punitivo.
Desde que me lo contaron no he hecho más que volver a contarlo y discutir, discutir y acalorarme hasta callar. Me niego a pensar que no haya nada que hacer. Me niego a creer que las largas vísperas del holocausto europeo no empezaran con persecuciones de ese estilo. Tampoco ellos tenían ninguna duda de a quienes asistía la razón. Me niego a aceptar que la justicia es una utopía, un imposible. Me niego a coincidir con gente que da alas a sus fobias aprovechando la coyuntura más ventajista. No acepto que la frivolidad mediática, la ignorancia jurídica, la épica del linchamiento y el castigo popular sean nuestra justicia.
Es horrible, y de consecuencias y riesgos incalculables, que gente aparentemente serena, gente con cerebros bien armados, vayan propagando que la denuncia es inútil, que mejor no hacerlo. ¡Manadas mil!


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