viernes, 29 de septiembre de 2017

MISMO DESTINO

EL DIARIO VASCO 29-9-2017
Estos nuestros papeles se han hecho eco de la publicación de un estudio, realizado por profesores de la UPV y de la Pompeu Fabra, titulando que el 70% de los hombres vascos proviene de un individuo que vivió hace 4.500 años. No diré que estudios hay para todo, ni daré mi opinión, nada académica, sobre el particular. Pero, de ser cierta la tesis, hay que reconocer que se añade una dificultad más a ese profesorado entregado a hacer creer a nuestra chavalería, diversa y multiétnica, que sus antepasados, como vascos que son por mucho que procedan de Cáceres, Ecuador o del Magreb, son los que cazaban y dormían en Ekain o en Santimamiñe. 
No puedo evitar evocar a aquel mandatario nuestro que afirmaba que ya éramos pueblo hace 7500 años. Siempre me inquietó la gente capaz de identificarse con sus ancestros en el paleolítico y sentirse absolutamente diferente, si no incompatible, de su coetáneo de cualquier territorio limítrofe o convecino de portal de distinto origen o adscripción ideológica. Lo mismo me ocurre con aquellos, innumerables hasta la mayoría, que, sin reparar en lo retrógrado, no desean más ascendencia histórica que la carlista o anhelan un contradictorio reino medieval como paradigma democrático. ¡Qué hubiera sido de nosotros sin aquel precedente de los liberales donostiarras! 
A aquel hombre, de Beizama si mal no recuerdo, le interpeló un ciudadano latinoamericano hablándole de genocidio. No le agradó la insinuación y, sin levantar la voz pero sin dudarlo, le convino al interpelante: mis antepasados justo salieron de su Beizama natal a Azpeitia o Tolosa por lo que genocidas serán los suyos, no los míos.    

viernes, 22 de septiembre de 2017

DEPRE TOTAL

EL DIARIO VASCO 22-9-2017

         Los acontecimientos le hundían en depresión. La lectura, la familia, algún crucigrama, esa manera de fosilizar un idioma, eran sus únicos antídotos. Experimentó con el fútbol. Con un bocadillo de tortilla de jamón, envuelto en papel de aluminio cargado en la mochila, cruzaba despacio el pasillo de casa destino a la sala, partido televisado de la Real. Intentaba vivencias forofas. La esposa, en minuto nada poético, en un vistazo a la pantalla afirmaba que no había nada que hacer, ni color, que les iban a caer bastantes goles. Y nada, se hacía carne el verbo de la mujer, ganaban con ventaja los otros y él reprimía al catalán medio que llevaba dentro para no ahogar la depresión en ira.
Eso era hasta que llegaban las nietas y empezaba a prevalecer el menú televisivo infantil. Princesas, castillos, carrozas, animales como personas, personas como animales. La de cuatro años mostraba una hoja que había dibujado con varios muñecos en fila y un muñeco mayor que, decía ella, era la profesora por quien sentía veneración. Las profesoras se deberían llamar todas Norma y deberían ser todas queridas. Decía que eran ella y las de su aula. La de dos años se reivindicaba con insistencia ¿y yo? ¿y yo? La mayor la excluía diciendo que ella no era de la clase. La bronca consiguiente no ayudaba al deprimido.
Por qué narices, se dijo, los de Tauste se sentirán diferentes a los de Tudela, y viceversa. Es que él no los distinguía. Pensó en lo molesta que resultaba la gente que, con la excusa de la identidad, se niega a compartir ciudadanía y se preguntó que cuándo coño alguien proclamará que la democracia consiste, básicamente, en el control de las emociones y la represión de las pasiones.


viernes, 15 de septiembre de 2017

¡NO, LA CARA!

EL DIARIO VASCO 15-9-2017

         ¡Frustración! Cuanto más agudas e incisivas se plantan mis observaciones y miradas, más peco de ingenuidad.  En esas condiciones dilapido mis restos de crédito. Fisgoneando videos del Alarde, me detuve en uno de un ensayo del mixto. Desconocía ensayos callejeros. Desfilaban alegres y musicales, ellos y ellas, con normalidad más que aparente. Nada me llamaba la atención. Un segundo visionado me dio para observar los entornos, igual de normales. Sólo una señora, esquina superior izquierda de la pantalla, sentada en un banco entre otra mujer y un hombre, miraba, creo, al suelo, a ninguna parte, a la búsqueda de un pendiente o similar, dije yo. Su mano tapaba los ojos como guareciéndose de un sol que dudo le afectara. El gesto duraba más de lo normal y empecé a pensar que pudiera ser que fuera lo que yo no pensaba. Una más atenta mirada me hizo ver a la otra señora sentada en escorzo, como que no veía, que no quería mirar. Ahí caí en la cuenta. Se trataba de ese gesto de rechazo, nada educativo, ni edificante, ni convivencial, que usan las masas para no dar la cara a la situación. Se tapan la cara, cubren la mirada. Ocultan la vergüenza.
         Contaban el chiste, uno más de Fraga y Cabanillas, que, viajando por la costa gallega en un día de insoportable calor, se les ocurrió parar en una sinuosa cala y bañarse en cueros vivos. Interrumpió el refresco un autobús de colegio de monjas en excursión que también se detuvo a descansar en la cala. Cabanillas y Fraga salieron de estampida al oír el griterío de las niñas. Sin tiempo para vestirse, corrían a todo meter, Fraga se tapaba con las manos sus vergüenzas y Cabanillas le gritaba:

-          Así no, Manoliño, así no. Así ¡La cara, tápate la cara! 

viernes, 8 de septiembre de 2017

RAREZAS

EL DIARIO VASCO 8-9-2017

         El tribunal de la cuadrilla literaria, ríanse del TOP, conseguimos que el amigo retirara de un prólogo una mención positiva a Santi Aizarna. Aizarna era del tipo de gente que nos obligábamos a ignorar despectivamente. Recordarlo me produce más que sonrojo. No recuerdo en que momento de mi vida empecé a sentirle respeto. Respeto, en progresivo aumento, y admiración. ¡Cómo escribe! Esa libertad de escribir para los que les gusta, de decir y leer libérrimamente. De más mayor quiero ser como él, cuanto antes. Le envidio ese vértigo que no padece ante el Word, será que mi red no tiene el mismo arrastre.
         Prueba de esa mies, el martes, en páginas de San Sebastián, florece el redactor Iñaki Izquierdo. Harto de gastar, comprar, salir de noche, visitar lugares de habla rara y sin tortilla de patatas, alquiló un coche con matrícula francesa y se puso a hacer el guiri por San Sebastián. Haciendo el gamba carril a carril y semáforo a semáforo, paró en el Boulevard bloqueando al 13, Altza-Buenavista, y preguntó por el Boulevard. Concluyó que gente como él son una plaga.
Ayer, al colega Berrio le dio por imaginarse ser conductor de autocar de largo recorrido, jugando con una cazuela a modo de volante, como cuando niño, y así reparar esa congoja que le producen los viajes carentes del reflejo literario y de aquello heredado de los 98 y 27 que se evaporó en absoluta uniformidad.

Incorregibles. No se les ve la más mínima de trasponerse en poder financiero arraigado -esa, y no el turismo, es nuestra plaga-, no les llegará la imaginación, ni apuntan vocación de nada que no sea problemático. Raros.

viernes, 1 de septiembre de 2017

ERRORES Y ÉXITO

EL DIARIO VASCO 1-9-2017

         Hasta hace diez años nos solía llover de todo y nos hacía muy malos y variados tiempos, tan malos que la pura supervivencia colmaba nuestra felicidad. Todo era duro y cruel, muy cruel, pero no sé si alguna vez me arrepentiré de ese pasado nada libre de tintes heroicos y repleto de errores y meteduras de pata.
         Aunando impulsos políticos coloristas de buena disposición y reuniendo cuartos arrancados a todos los departamentos municipales, salvo al mío propio, y, cosa rara entonces, a algún otro foral que no ponía impedimentos a colaborar con la ciudad de San Sebastián establecimos las condiciones de celebrar la primera bandera femenina de la Concha. Desde ese momento el amigo concejal de deportes, Jon Lasa, y el que suscribe nos constituimos en pareja de hecho entusiasmada por una empresa que, salvo para los políticamente hipercorrectos, parecía bastante difícil de llevar a cabo. El día que la trainera vencedora ondeó la bandera del triunfo no pudimos contener las lágrimas.
         Todo fue una fiesta, la fiesta más sentida. Veíamos y oíamos mucho macho. Machos ofendidos, machos lerdos, machos evidentes contra los cuales la batalla era frontal. Había, y hay, otro tipo de macho, el macho cortés, educado, de boca limpia. ¿Y si hace mal tiempo saldrán las chicas? Parecía que lo estuvieran deseando. Consiguieron un tiempo infernal -hay testimonios gráficos- tan infernal que si Lasa y yo hubiéramos tenido algo de seso, sordera para la pasiones, y un mínimo sentido de la prudencia, no hubiéramos permitido la salida de aquella regata en la que aquellas soñadoras, pusieron en serio riesgo sus vidas. Hoy, diez años, histórico, celebro la suerte que nos acompañó. La historia nos absuelve a todos.