viernes, 13 de septiembre de 2013

INJIRIENDO

 EL DIARIO VASCO 13-9-2013
                Ni debería yo injerir en estas cuestiones ni debiera de callar todo el mundo. Es cuestión de respeto, credibilidad, legitimidad y necesaria crítica, pero ni lo uno ni lo otro, procuraré que no se repita. Parecen haber vuelto a la calma las aguas del proyecto de capitalidad europea tras concluir el proceso de selección de sus dos máximos responsables. No dudo de que sea la selección adecuada, pero mucho tendrán que explicarse para que deje de tener la convicción de que nos han mentido, de que nos han mentido descarada y concienzudamente. Un buen resultado final no debe justificar ni atenuar la gravedad de las mentiras a la ciudadanía, de utilizar a ciudadanos como coartada de una competencia que no lo iba a ser, ni de hacerles de mentirosos a profesionales y empresas de comunicación que aparte de discrepar políticamente en este caso no hicieron otra cosa que decir la verdad. No debió de ser así, nadie se hubiera escandalizado si nos hubieran contado la verdad aunque el resultado final sí pudiera ser discutible.
         Contra todo pronóstico llegó lo peor más tarde. Salió a la opinión pública el triunvirato o la trinidad de 2016 afirmando que nunca padeció el proyecto injerencia política alguna y equiparando el eufemismo de la libre concurrencia y un concurso. Que tres personas, capacitadas para la misión que desempeñan y, sin duda, válidas pero con nombramientos estrictamente políticos tengan que ser quienes lo afirmen es un insulto a la inteligencia, ya de por sí mermada, de nosotros, los ciudadanos. Deseo que el 2016 no acabe siendo eso, un insulto.
  



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