sábado, 29 de agosto de 2015

HORRELA?

EL DIARIO VASCO 28-8-2015

         Gure irrati eta telebista publikoak entzun egin behar ziren duela ez askora arte, hura Nafarroa aurkezten zigutena, edo, hobeto esanda, haiek Nafarroak aurkezten zizkigutenak! Lapurra, zekena, iruzurtia, kaskagorra, baldarra, memeloa eta baboa, beti gaizto, erdaldun eta karlistoia bata, eta historikoa, sustraiduna, alegiazkoa, jatorra, gutarra, asaba zaharren baratza, gure zain egon eta gurekin nahi zuena, beti debekatua, bestea. Nafarroa ofiziala, nafarrek ofizialki izendatutakoa, arazoak egon ala ez, ez zen existitzen, ez aitortzen. Hala ere, maltratadore batek bere bikotea bezala, geurea behar genuen. Geurea nahi genuen eta ez genion bererik aitortzen. Gutako askok nahi genuen Nafarroa, nafarrei inbututik bederen sartu eta irentsarazi egin nahi genien. Hiriburuak bere izentzat daukana ukatu eta ez onartzeraino. Ikusten da ez nuela maite kontua.

         Fortuna demokratikoak nahi izan du, nafarren gehiengoak, arrautzopilari buelta ematea. Gutako askok, zer esanik ez, gure irrati eta telebista publikoak, uste dute nagusitu direla azkenean gureak, gutarrak eta gure arrazoiak. Kristal mehezko gehiengoa delakoan nago, baina ez da hori gaurkorakoa. Ez du orain erreinu zaharrak, eduki omen dugun eta eduki gintuen estatu zaharrak, berri txar bat bera sortzen. Agintari guztiak, Barkos andrea buru, dira zintzo eta eraginkor apartak. Konbentzituta nago gertatu dena ez dela kalterako izango. Baina pertsona pertsona deneino kosta egiten zait hemen paradisurik denik eta Nafarroa, edo beste edozein, gauetik goizera, horrela, alda daitekeenik sinestea. Nik eta zenbaitek, geure komunikabide publikoez dugun tamalezko iritzia da.  

viernes, 21 de agosto de 2015

¿DEBATE?

EL DIARIO VASCO 21-8-2015

         El alcalde de San Sebastián, a quien profeso simpatía coaligada, reacciona al acoso del clamor antitaurino aduciendo que la izquierda abertzale es contradictoria, argumento, en el fondo y en el tema, no muy de recibo, pero que es una verdad como un templo. El de Pamplona, desconocido para mí, pero a la vista de su retrato con chistera en el palco apunta aires de fenómeno, ha salido al paso, no sé si en defensa de Pamplona, de las tradiciones, de la izquierda en general o de la abertzale en particular. Ha dicho que prohibir los toros en Pamplona resultaría tan ridículo como implantar un encierro en Donostia.
         El espectáculo taurino como cuestión de identidad colectiva es un argumento que recobra cada vez más fuerza en mis entornos. Pamplona sin toros sería una idea creativa que a lo mejor ni merece considerarla, pero pensar que soltar seis morlacos a recorrer un kilómetro a lo bestia, es un refinamiento histórico de imposible emulación radicado en el alma única de una ciudad única… ¿qué quieren que les diga? Que hablamos un minuto con Enrique Erentxun y nos organiza un encierro en el velódromo, aunque sea de bisontes, los últimos viernes de cada mes de 2016 y se entera Europa, así de simple.

         Lo que se obvia es otro debate, el debate, el preguntarnos por qué nos agrada la sutileza de convertir la violencia en espectáculo, por qué no nos repugna el sacrificio y sufrimiento público de seres vivos, por qué nos escudamos en la tradición, cuando, por ejemplo, robar también lo ha sido y es claro que no es obligatoria, aunque a veces lo parezca, y, sobre todo, que la antitaurina no es, ni de lejos, una postura contraria a la libertad.

viernes, 14 de agosto de 2015

DENUNCIO YO

EL DIARIO VASCO 14-8-2015

         Colmamos las fiestas  de nuevos rituales advocatorios. Donde proliferaba la advocación al santoral y se imponía un rosario de oficios religiosos entre jolgorio y jolgorio, reinan hoy, testimonio de evolución hacia lo civil, jaculatorias políticamente correctas, sortilegios de males de la modernidad y un rosario de posicionamientos institucionales sobre problemas y cuestiones que, acabadas la fiestas, siguen siéndolo. No nos es extraño que preceda a todo chupinazo, ese sustitutivo civil del repique de campanas, una soflama, más moral que cívica, previniéndonos de todo tipo de excesos. Se nos previene del alcohol y otras drogas,  o viceversa más bien, se nos indica que debemos respetar al medio ambiente, recordamos a los ausentes, nos conjuramos todos, nobles y plebe, para la defensa lingüística e igualdad de géneros… y para cada jornada festiva una expresión alternativa a la propuesta institucional, en la que caben desde las denuncias a excesos judiciales hasta la antitauromaquia, allá donde el toreo nunca debió arraigar.

         Dudo del crédito de toda una corporación, cualquiera, posando en trance con un folio en contra de las agresiones sexuales. No sé si de verdad incide en la toma de conciencia real del problema o no deja de ser una liturgia inevitable más. No sé si esas reacciones planificadas, por previsibles,  a las agresiones no resultan caricaturescas y litúrgicas y si no frivolizan la crudeza del problema. No lo sé, de verdad. Lo que sí que me resulta patético, desalentador, es ese discurso varón poniendo paños templados a los hechos y enfatizando los atenuantes o el histrionismo de las denuncias y sus modos.  

viernes, 7 de agosto de 2015

UN DESALIÑO

EL DIARIO VASCO 7-8-2015

Todos los programadores y agentes promotores del ámbito de la música clásica son conscientes del desafecto taquillero entre esta y los jóvenes. Entre tanto sesudo estudio, que para todo circula por ahí, echo de menos uno que proporcione datos de pirateo de música clásica y de edad de los piratas. Me consta que intentan romper ese desafecto y anhelan la presencia de la juventud en sus auditorios. La tarea es difícil en un mercado de género donde juventud y poder adquisitivo son difícilmente compatibles.
Incompatibles le parecen, a nuestro crítico, a parte del público vitalicio, y a alguna gente casposa el derecho a la libertad indumentaria y el gusto sinfónico, la decencia musical y la manga corta. Eso concluyo de ciertos mensajes de las redes sociales y de las alusiones a las corbatas en la misa de Mozart, motivo crítico a las proclamas de libertad de etiqueta de la dirección de Quincena. Cualquiera diría que, salvo la Marcha Radetzky en la Sala Dorada de Viena,  toda interpretación ha de ser oída en postura, tesura y tersura.

Arredra ese personal capaz, como antaño en las iglesias, de restringir la entrada a almidonados y similares. No quiero creer que pretendan dificultar o imposibilitar el acceso de jóvenes y mucha otra gente a esa parcela cultural, pero en el fondo exigen que así sea. Sí ya el precio de las localidades es restrictivo, si se declara incapaz para el disfrute de ciertas obras a personas sin motivación religiosa y, además, no se puede escuchar en camiseta ni un miserable aleluya, que me expliquen qué es lo que entienden, o lo que de cultura tiene un Requiem o un Stabat Mater.