sábado, 19 de abril de 2014

CANILLAS

EL DIARIO VASCO 18-4-2014
         Se muere uno crucificado para redimir a toda una humanidad y la gente se lo agradecemos con una semana santa como la que tenemos. Los vestigios de la fe religiosa evolucionan a formas que no hay quien la reconozca. En lugar del evangelio de la pasión leemos folletos turísticos, en lugar de recluirnos en la oración merodeamos por templos de la gastronomía y puestos a hablar de funciones religiosas y procesiones pensamos que estas fueron inventadas para fomento del turismo en lugar de ser un ejercicio de práctica religiosa. Dirán que no pero esto ha cambiado, mientras en los ayuntamientos gobiernan religiones camufladas son ellos mismos quienes promueven y airean las procesiones.


         Con un clima así la fauna que somos, visitantes y lugareños, nos transformamos también ad hoc. Quien llaman mi atención estos días es ese gipuzkoano solvente, piso propio y algún euro de más por encima de las necesidades básicas, con señora informalmente pulcra saludando en plan ETB 2, y que se enrolla cordialmente con la ya harta cajera del super admirado de la familiaridad que le dispensan o frecuenta el bar de pinchos, con aires de cliente desenvuelto haciéndose amigo del habitual más cargante e indeseado del resto del año. Nada tengo que reprochar a nadie, pero sí que me perturban, aquellos caballeros, que sienten la obligación de manifestar con su indumentaria, que están de vacacioneo, esos que lucen pantalones ni largos ni cortos, con esas patéticas canillas al aire... como si no hubiera sensibilidades que se hirieran a la mínima. Casi me entran ganas de que haga frío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario