viernes, 11 de julio de 2014

¿ASÍ?

EL DIARIO VASCO 11-7-2014

         Casi la mitad de la riqueza que se acumula en el mundo es posesión del uno por ciento de los humanos. Dichosos ellos, cuesta desearles nada mejor. De las siete mil millones de personas que habitamos el planeta 3.500 millones son pobres ¿les podemos ofrecer algo peor? Sí, la explicación de por qué resulta imposible enderezar su situación. Si juntáramos todo el dinero que pueden acumular esas 3.500 millones de personas nos daríamos cuenta de que la cantidad reunida es menor a la que podrían juntar las ochenta y cinco personas más ricas del mundo. Y olé.

         Pero la riqueza no parece ser antídoto contra el miedo y la inseguridad, más bien lo contrario. Aventuraría, sin temor a equivocarme, que el mundo gasta más en la seguridad de esas ochenta y pico gentes que en la de los 3.500 millones humanos personas. Diríase que su principio de existencia es la defensa de su posesión. Para ello no dudan en refugiarse en fortalezas inexpugnables, en guardar cuanto tienen bajo una férrea oscuridad.


         Luxemburgo inaugurará el próximo setiembre, una especie de cueva de Alí Baba de 22.000 metros cuadrados aeroportuarios para poner a recaudo, documentos, dinero, arte, joyas y lo que se nos ocurra, al igual que acoge tribunales, bancos y secretarías parlamentarias europeas. El ducado que será sede de esa gigantesca caja fuerte, de ese crisol europeo, es un símbolo, triste o positivo, de la Europa modelo. Los luxemburgueses hablan francés, alemán y luxemburgués, aunque no se les oiga. ¿Perdurarán sus tres lenguas incluso en esa caja fuerte de universal patrimonio?

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