viernes, 4 de julio de 2014

HALLGRIMSSON

EL DIARIO VASCO 4-7-2014

         El poeta y padre de la patria islandesa Jonas Hallgrimsson murió como consecuencia de caer escaleras abajo tras una borrachera cogida en una cena en Copenhague. Así lo cuenta Kundera en su novela La Ignorancia. El alma del poeta, ya en una Islandia independiente, visitó en 1946 a un industrial a quien le requirió para que trasladara sus restos mortales depositados en territorio extranjero y enemigo a suelo islandés. Puestos a la tarea, el gobierno ordenó enterrar los huesos en el Panteón Nacional de Thingvellir. Los desenterradores se encontraron con que, en su pobreza, el exiliado poeta tuvo que compartir tumba con otros pobres. El industrial, disimulando sus dudas ante calaveras y tumbas sin nombre, optó por uno de los esqueletos con tan mala fortuna que trasladaron los restos de un carnicero danés, que son los que hoy disfrutan de tan patriótico descanso en lugar del poeta.


         Ni a la Real Sociedad le supongo como al industrial islandés, ni creo que Alfred Finnbogason sea tan ciego como él, concluyendo que ninguno de los dos se ha equivocado en la operación y que el islandés es islandés y futbolista, y no danés y carnicero, o sueca y bailaora. No me meto en asuntos como el instinto goleador o el olfato ante portería, pero si que me ha llamado la atención ese suéter con el que se presentó en Zubieta y que rezaba "Brooklyn parle français". Me ha hecho recordar a aquel ciclista de prestigio internacional que proveniente de Ginebra prefirió residir en San Sebastián a hacerlo en Barcelona, porque aquí no había, o no percibía él, problema lingüístico.

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