viernes, 15 de abril de 2016

BUFFETS CARTUJOS

EL DIARIO VASCO 15-4-2016


         Pensando en escribir sobre la pésima impresión que me produce la dirección que lleva el mundo, estaba sumido en el más hondo y oscuro de los pesares. Se me extravió la cartera. el artículo seguía en las mismas y mi prioridad era otra, mi cartera. Me di cuenta de que si no la encontraba mi serenidad de juicio para pronunciarme con nitidez sobre cualquier problemática de la humanidad estaba seriamente afectada. No había cuestión que planteara sin que se interpusiera la dichosa cartera. La encontré, recobré la serenidad y he vuelto a pensar sobre el mundo.

         Lo veo en dirección equivocada, a peor, ahondando injusticias, promoviendo desigualdad, matando de frio, de hambre, de insalubridad, autoagrediéndose impotente, sumiso. A su vez, observo lo que me rodea y todo desborda solidaridad. Los bancos son patronos benefactores de ONGs, las compañías de energías destinan nuestros descuentos promocionales a la filantropía, los hiper dan de comer a medio mundo con nuestros cupones, las iglesias recaudan, de puerta a en puerta hay un pintxopote solidario, un vino de misericordia, una chistorra de generosidad, un evento popular y advocativo. Nunca hemos tenido tanta oportunidad de ayudar y las tragedias gritan, cada vez más fuerte.

         Sigo pensando y separo caridad, dar de lo que no te es imprescindible, y solidaridad, compartir lo que te es necesario. Ante una puerta, una de muchas, me asalta el temor de que alguien, conocido y de mi edad, me intercepte y reproche que no hago nada, por ejemplo, por los sirios. Es la puerta de una sociedad que celebra una comida que recauda fondos para los refugiados; patatas y pollo, nada… por ayudar.

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