viernes, 14 de septiembre de 2012

OLIMPISMOS

EL DIARIO VASCO 14-9-2012
           Si el olimpismo no se basara en la élite competitiva, contrariamente a su filantrópico y amateur espíritu, carecería de interés en el profesionalizado mundo de hoy. Hemos pasado página al último hito de este año olímpico. Han sido unos juegos espectaculares y unos juegos paralímpicos con la mayor proyección, mediática y social, por fin, de la historia. Estamos en condiciones de afirmar de nosotros mismos que somos buenos y justos, paternalmente buenos y justos. Hemos conseguido señalar a minusválidos de mérito, grandes competidores, y reconocer su superioridad. Hemos “tolerado” que Pistorius logre materializar el derecho a correr en igualdad amputadas y con prótesis, y hemos visto como la mayor de las normalidades que este proteste al ser vencido en los 200 metros paralímpicos por un atleta brasileño que a su entender llevaba unos artilugios más largos que lo permitido. Olimpismo puro, filantropía desbordante, a cual más.
            Olimpismo fue también la acogida que prestamos en los Juegos de Pekin 2008 a la atleta somalí Sama Yusuf, invitada humanitaria de la organización, que corrió los 200 metros más lentos de la historia de los juegos. Éramos buenos y olimpistas, aplaudimos a rabiar, fue nuestra contribución al pago de la atleta. Nos abrió los ojos, mucho, y nos acordamos de ella, no tanto como para echarla de menos en los juegos de este año, a los que no acudió por la sencilla razón de que unos meses antes murió en una patera entre Libia e Italia. La mejor gente lo supimos días después de acabar los juegos, el resto ni se ha enterado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario