domingo, 17 de febrero de 2013

JOSAFAT

EL DIARIO VASCO 15-1-2013


         Agotadas todas las posibilidades de pelotazos financieros e inmobiliarios hemos llegado al valle de Josafat. Esperamos el juicio final, un juicio indulgente, en tiempos que parecen gobernados por el anunciado anticristo que tanto se ha hecho esperar. Hasta el Santo Padre se ha bajado de la cruz sin fuerzas para salir corriendo y ha dimitido como solo los malos políticos suelen hacer. ¿Dimitir? ¿Pero eso existe? ¿Suele ocurrir? ¿Donde?

         Pero en Josafat la gente se muere si enferma o no come, y no come si no trabaja o no está preso, igual que en Vitoria. En Josafat el que no va la escuela no aprende, al que no aprende le engañan, el engañado se indigna, como en Madrid más o menos. En Josafat no para de llover desde diciembre de 2012 y los montes tragan casas, los rios engullen carreteras y el realojo está imposible, como en Txomin Enea más o menos. En Josafat se diría que, para desgracia de los residentes, los bancos y cajas no cierran ni por la tarde, y que las financiaciones para nada son transpasantes. En Josafat esperan ser juzgadas gentes que un día creyeron en la humanidad. Creyeron hasta que Obama, vitoreado y proclamado salvador de la humanidad, encontró justificación legal  para matar ciudadanos americanos en el extranjero en el supuesto de que estos puedan provocar un ataque inminente contra los Estados Unidos.

         En Josafat nos condenarán a ser siempre y en todo momento un peligro hasta el final, incluso para nosotros mismos. Esperábamos que el juicio final fuera algo más sorprendente. Que no me esperen.

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