viernes, 12 de diciembre de 2014

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EL DIARIO VASCO 12-12-2014

            Esos discursos cargados de fe, antiguamente religiosa, e incluso de abundante razón, no tanto de razonamiento, no me acaban de agradar del todo. Hay momentos en los que me desagradan. Hubo un tiempo en que no había sarao sin soflama de no a la guerra, tanto que cualquier peliculero o musiquero doblaba a Gandhi antes de la cuarta voz. Era necesario hacer grandes esfuerzos para salvar la comparación de los susodichos con Gandhi, costaba creer tal antibelicismo, aunque tuvieran razón, en medio de tanta guerra ignorada, aun hoy.  Le siguió el discurso contra el pirateo que volvía progresista a toda boca que lo pronunciara. Era un discurso legítimo contra el poder establecido y justo para con los trabajadores del sector, pero muchos olvidaron que es más pirata quien percibe una subvención de cien euros a dedo que quien copia su disco o película favorita.
         Hoy los progres nos hemos instalado, con toda la razón del mundo, contra el IVA cultural; alguno incluso se ha refugiado en él.  La cultural debe de ser la tercera industria europea, por delante incluso de la del automóvil ¡Viva la cultura! Sólo en España el sector cuenta 600.000 empleos y mueve 40.000 millones de euros.

         Es preciso no rendirse hasta el final, seguir, seguir hasta llegar al IVA cero. Pero entre tanto deberíamos grabar en nuestras mentes la idea de que sin libros no hay cultura, sin soportes modernos no hay cultura, pero que ni todos los libros, ni todos los soportes son cultura, ni mucho menos. Que cultura sobre todo es forjarse una exacta idea de la realidad que nos rodea, acongoja y ahoga, con letra, música e imagen.  

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