viernes, 21 de agosto de 2015

¿DEBATE?

EL DIARIO VASCO 21-8-2015

         El alcalde de San Sebastián, a quien profeso simpatía coaligada, reacciona al acoso del clamor antitaurino aduciendo que la izquierda abertzale es contradictoria, argumento, en el fondo y en el tema, no muy de recibo, pero que es una verdad como un templo. El de Pamplona, desconocido para mí, pero a la vista de su retrato con chistera en el palco apunta aires de fenómeno, ha salido al paso, no sé si en defensa de Pamplona, de las tradiciones, de la izquierda en general o de la abertzale en particular. Ha dicho que prohibir los toros en Pamplona resultaría tan ridículo como implantar un encierro en Donostia.
         El espectáculo taurino como cuestión de identidad colectiva es un argumento que recobra cada vez más fuerza en mis entornos. Pamplona sin toros sería una idea creativa que a lo mejor ni merece considerarla, pero pensar que soltar seis morlacos a recorrer un kilómetro a lo bestia, es un refinamiento histórico de imposible emulación radicado en el alma única de una ciudad única… ¿qué quieren que les diga? Que hablamos un minuto con Enrique Erentxun y nos organiza un encierro en el velódromo, aunque sea de bisontes, los últimos viernes de cada mes de 2016 y se entera Europa, así de simple.

         Lo que se obvia es otro debate, el debate, el preguntarnos por qué nos agrada la sutileza de convertir la violencia en espectáculo, por qué no nos repugna el sacrificio y sufrimiento público de seres vivos, por qué nos escudamos en la tradición, cuando, por ejemplo, robar también lo ha sido y es claro que no es obligatoria, aunque a veces lo parezca, y, sobre todo, que la antitaurina no es, ni de lejos, una postura contraria a la libertad.

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