Ovejas
Negras es el título de un recopilatorio de artículos y textos breves de Félix
Ruiz de Azúa, autor, discutido por estos lares, que aunque lo tengo bastante
postergado en mis lecturas me infunde admiración y enorme respeto. En uno de
los textos, titulado Palabras para una biblioteca, cuenta que necesitando la
Estética de Hegel acudió a la biblioteca municipal de San Sebastián donde no
encontrando la ficha se dirigió a una bibliotecaria que, a pesar de espetarle
que había que saber buscar, le ordenó seguirla hasta un fichero del cual sacó
triunfante una ficha, a decir de ella de un libro muy consultado que se hallaba
en préstamo. La ficha al parecer era de la Estática del automóvil de una tal
Jedres.
Azúa
cuenta esto para ilustrar su rigurosa tesis de que las bibliotecas públicas
eran un desastre y que todo ha ido cambiando pero demasiado tarde. Ese texto se
publicó en 2007, intenté comprobar la veracidad del suceso y todo da a entender
que eso en San Sebastián no pudo ocurrir. Hoy todavía se puede ver en el
catálogo una edición publicada en 1907, traducción de Giner de los Ríos, la que
precisamente dice Azúa que buscaba. Estuve por escribirle y hacer un intento de
salvar del desprestigio que la cita podía provocar a nuestra red de
bibliotecas. Esta red y todo su desarrollo requería mi defensa, la requerían el
crédito de los usuarios y la entrega del personal bibliotecario, a quien
debemos todo el buen hacer de nuestra red de bibliotecas. Hoy, víspera del día
de las bibliotecas, siguen manteniendo muy alto el listón del servicio, incluso
con más de veinte obras de Azúa en catálogo. Nunca es tarde, zorionak!
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