viernes, 16 de octubre de 2015

POR LO QUE FUERA

EL DIARIO VASCO 16-10-2015

         Hay gente a la que en nada se le puede contrariar, ni en el más egoísta de sus intereses; a la mínima te exhibe su irreprochable hoja de servicios y nos hace callar con la conciencia de que no es verdad, pero tiene razón. Cuántos encallan la conversación, fuere de lo que fuere, futbol, deportes, cine, música, tiempo, da igual, con ese “¡a mi me lo vas a decir tú, que me he jugado la vida por la libertad! ¡por el partido, por la patria!”. La suelen soltar cuando no les quedan argumentos, es decir, casi siempre, y les gusta aguar toda fiesta en la que alguien que no sean ellos adquiere un mínimo de protagonismo. Han decidido vivir de las rentas producto de esa factura y que los demás, que de jugarnos el tipo lo justo, se la debemos estar pagándola permanentemente. ¡Hatajo de miserables!

         Da la impresión de que argumentos similares son los que se han llevado por delante a la señora Quiroga, argumentos que ella no podrá negar haber utilizado más allá de lo razonable. Pero se ha ido con dignidad y respeto, y eso vale mucho más que el mero hecho de irse, valores todos ellos escasos. Lo digo con el paraguas abierto entre la inmensa lluvia de aplausos interesados que la vitorean, que le alaban haberse enfrentado a ese Madrid, origen de todo mal, desenmascarándolo, y nunca le han alabado haberse mantenido en pie, con dignidad y a duras penas, frente a la barbarie que arreció en la política, en la ciudadanía, con acosos, persecuciones, violencias y terror, que no les interesó ver porque eran del parecer de que el derecho a la vida, el de los otros, se podía supeditar a… a lo que fuera. 

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