viernes, 27 de noviembre de 2015

DISTINGOS

EL DIARIO VASCO 27-11-2015

         Lo que tiene de performance artística reunir 350 formas sagradas en otras tantas misas (200 horas como mínimo) lo tienen esas reuniones callejeras que se pueden ver en Pamplona concentradas para rezar, en alto y en público, guiados por un hábito.
         No olvidaré cómo, a causa de un concejal socialista vizcaíno que descolgó un desnudo de una exposición municipal, afronté el reto de firmar un escrito público de protesta en mis primeros años de cargo público donostiarra. Me lo puso a la firma un programador cuya prestigiosa proyección perdura. Firmé pesándome lo fácil que resulta, según el denunciado o señalado, manifestar determinadas protestas. Apareció el escrito, para vergüenza, suscrito incluso por cargos, nada respetuosos con la libertad de expresión, que aplaudían y jaleaban el terrorismo. Exigí a mi interlocutor que al próximo atentado a la vida de alguien sometiera un escrito de denuncia y defensa de la vida de las personas a todos aquellos que habíamos suscrito la protesta por el acto de censura a la exposición o que me olvidara en futuras denuncias.

         Resulta llamativa la reacción de la institución pamplonesa a la desaparición misteriosa de las formas sagradas de la exposición. Resulta llamativa esa manifestación del alcalde en defensa del compromiso con la libertad de expresión y… resulta llamativa esa propuesta de reconsideración de contenidos formulada por el munícipe al artista. Uno, a riesgo de equivocarse, duda de que los anteriores mandatarios hubieran adoptado esta actitud y, si fuera ese el caso, no tiene ninguna duda de que lo que les hubieran caído eran… eso ¡cualquiera lo dice!

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