viernes, 8 de enero de 2016

¿BUENOS?

EL DIARIO VASCO 8-1-2015

            Eran otros tiempos, la bondad y los buenos sentimientos existían, pero ni se desbordaban y excedían, ni estaban socialmente organizados, salvo en ámbitos religiosos cuya prioridad era dios más que el prójimo. Los reyes magos nos solían traer calzoncillos, de blanco inmaculado, y calcetines, calor para el cuerpo.  Algo de más color y sabor también solía caer, una caja de pinturas Alpìno generalmente. Soy de recuerdo muy navideñero, de niño asombrado ante el espectáculo 3D de un belén en lugar y casa bien o medio bien. Se fueron nuestros padres y no hay rey que se acuerde de nosotros en esta república, incapaz de formar ningún gobierno, en la que nos quieren hacer creer que quieren a la patria cuando nos consta que son incapaces de sentir lo mínimo por el vecino de escalera, ni de saludarlo siquiera.
            Gente de buena intención la hay y mucha, pero también algún día habrá que pedirles responsabilidades, y los buenos sentimientos tienen cauces organizativos. Me embarga y enternece que aquellos niños sin reyes magos cobren en sus manos pieza de juguetería proporcionada al calor de entidades que necesitan proclamar al mundo que son humanas, generosas y útiles. No se qué es más cruel, la imagen de un niño sin juguete o la de un niño con juguete y con necesidades básicas sin cubrir.

            Me pregunto cómo sería un mundo en el que a los niños se les explicara claramente por qué tienen, o dejan de tener, juguetes, o un mundo en el que los reyes magos fueran Hacienda y la distribución de regalos no estuviera al albur de gente que, bondadosamente, tributa aquello que le sobra. Seríamos repulsivamente cívicos, pero ¿tan buenos? Ni hablar. 

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