viernes, 23 de diciembre de 2016

¿CONCESIONES?

EL DIARIO VASCO 23-12-2016

No es malo que las instituciones reconozcan méritos personales de la ciudadanía y los distingan con la mayor relevancia posible. Debieran hacer uso de la facultad siempre que esté de su mano esforzándose en no ser ni sectarios ni partidistas en el cometido. Estamos en temporada, como las prendas en saldo, como los planes de pensiones en bancos y cajas, como el buenismo navideño en colectivos sociales y marcas comerciales que se precien de sensibilidad a problemáticas apreciables en dosis de blandenguería excesivas, o así.
Las personas con civismo debieran aceptar sin remilgos la distinción y reconocimiento contribuyendo así a la deseable armónica relación entre gobernantes y gobernados. Eso sí, reconociendo que los actos requieren un mínimo de fasto y pomposidad y condicionando de buen grado la pública aceptación, a no verse obligados a hacer el mono en exhibiciones impúdicas, y a que las instituciones no actúen como barraca de feria lanzando alaridos lo mismo para entregar un televisor con UHF que una longaniza que lo único que tiene de cerdo es la mano de obra.

Está en ello, entre otros, el ayuntamiento donostiarra ¿No se debería evitar ese baile de candidatos al reconocimiento de mérito ciudadano y al Tambor de oro? ¿Se le ocurre a alguien pensar que ninguno de ellos ha solicitado la distinción, ni ha aceptado expresamente ser tratado de forma tan tombolesca, ni participar en competencia tan sin sentido? ¿Ha pensado alguien que las favorecidas son las instituciones que conceden el reconocimiento más que los ciudadanos que lo reciben? Fomentar el caos de propuestas populares y su publicidad contribuye al descrédito de los objetivos y de los sistemas democráticos, aunque sea yo mismo quien gobierne

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