viernes, 18 de agosto de 2017

A SU SER

18-9-2017 EL DIARIO VASCO


            Se me pierden en la memoria las primeras torrideces. Fueron fuertes. Acabaron entre rejas los huesos de mandatarios primerísimos del futbol. La cosa prometía. Es lo que tiene el verano, ni porque haya más luz y claridad se han de ver las cosas más claras. Ni es más estúpida la gente estúpida, ni las injusticias son más injustas, ni las sombras, ¡oh paradoja!, se despejan con más facilidad. No recuerdo si era por sanjuanes, cármenes o sanignacios, dichos todos ellos en plural incluso por los de habla castellana, pero sí que fue así.
            Luego vinieron esos enjambres de neoburgueses paternales acudiendo a corridas de territorio. Siguen, aunque menos, oliendo a viejo de Vuelta Abajo e irradiando una feroz bonhomía que nadie les agradece. No se sabe cómo se las arreglan para no acertar a disimular esa negra esquina, la esquina B, del billete de cien euros, esa que despierta la curiosidad de quienes, nominita va nominita viene, somos incapaces de atesorar un billete que supere los tristes máximos de los cajeros, cincuenta. Pueblan las crónicas de sociedad y suelen disfrutar de provisionales páginas de estío propias.

            Por las vírgenes de agosto una vergonzosa cumbre de proveedores y consumidores pone paz, qué pretensión, en el tema de los sabotajes al txutxú en plan Río Misterioso de Igeldo. No sé por qué se ríen cuando decimos vírgenes o sansabeastianes y no lo hacen por sanjuanes o cármenes. Las noches acortan, los anocheceres se enfrían, próximas las regatas, Donostiarra tanda de honor, cuarenta a cien, y el festival. Se acabó lo suntuario, vuelven, mal menor, el futbol, tarifa plana, y horror, los toros a la página de cultura. Circulan, cautas, las conciencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario