viernes, 4 de agosto de 2017

¿NOSOTROS? ¡QUÉ VA!

EL DIARIO VASCO 4-8-2017

         Sí, el poema del portugués que se admiró de que todos los niños de Francia, ya desde su más tierna infancia, supieran hablar francés. O el del familiar argentino de mi amigo que en visita a París no pudo ocultar su extrañeza: ¡Che, cuanto turista negro hay en París! Tantos, tantos, que millones de ciudadanos franceses ya no saben cantar La Marsellesa. Puede que sea pérdida.
         No olvido, no, cómo de tus primeros viajes me trajiste aquel pequeño ejemplar del Diccionario de Tópicos de Flaubert y otro del Quijote en lengua francesa. Solías ser un sinfín en cuanto te ponías a hablar del urbanismo, la cultura y la vida francesas, las parisinas más en concreto. Te imaginaba en una salida de misa en Notre Dame, como uno más, como si fueras de allá, incluso judío. Yo fui años más tarde siguiendo tu pista. Tu habías elevado ya el vuelo a territorios anglófonos, guardo los ejemplares de James y Faulkner. Hoy, ya no te sigo, sabes, el pánico a volar, pero sé de tus andanzas en parajes acogedores, postcomunistas, asiáticos, africanos. Me cuesta confundirte con los nativos e indígenas, pero no te imagino ni guiri, ni turista.

Esa labor de concienciación para con las realidades que, sucesivamente, visitas, esa difusión de sus culturas y mentalidades que nos proporcionas. Tú no eres un turista ¡Qué va! Por eso te entiendo cuando criticas la turistización de nuestros pueblos y ciudades, ¡con qué precisión distingues a los visitantes, a los turistas y otro tipo de viajeros observadores! Admiro el esmero de tu discurso. Pero ¿qué es un turista? ¿y si descubriéramos que todo es un engaño? ¿Que no son turistas? ¿Que son miembros activos de ONGs solidarias con nosotros? Acabarán siéndolo. Todos.

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