viernes, 13 de julio de 2018

INTELECTUALES

EL DIARIO VASCO 13-7-2018


Sí que en tiempos los obispos me ilustraron e iluminaron. A la larga me ganó el disenso hasta instalarse en mi pensamiento. Básicamente lo mismo daba un obispo que otro, aunque dijeran cosas contrapuestas. Mis preguntas querían unas respuestas fundadas en la razón y me las proporcionaban fundadas en la revelación y a gala de que provenían de ella. Difícil encuentro.
Somos, estos días, testigos de los obituarios de Jose María Setién. Partidarios, casi todos, y detractores, unos pocos, coinciden en su incapacidad de expresar emoción y en su capacidad de análisis y reflexión, subrayan su bondad, su hambre de justicia y su gélida imparcialidad. No seré yo quien niegue ninguna de sus virtudes, ni todo el bien que su episcopado pudo aportarnos.
Pero me resisto a reconocer a aquel, a mi entender, auspiciador de un diálogo en absoluta desigualdad de condiciones, claramente vejatorio y humillante para muchas personas. Nunca me lo imagino pidiendo perdón, aunque me consta que lo hizo. Me resisto, incluso, a reconocer a un intelectual de talla, si he de obviar su moral sexual, su sensibilidad de género y otras lindezas soterradas entre estruendos bélicos nacionales y sucesores frontistas que hacen que en nuestra memoria parezca incluso feminista.
Me gustaría que esa corriente de opinión que, espero no sea por coincidencias políticas, destaca de él su carácter intelectual, más que el religioso, reprochando la incomprensión de sus críticos, haga un esfuerzo para explicarnos, por ejemplo, por qué son las suyas las únicas obras completas de un guipuzcoano vivo, financiadas por nuestra diputación. A lo mejor siguen con las del prelado actual, otro intelectual de mucha obra ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario