viernes, 1 de junio de 2012

COMO COSACOS


EL DIARIO VASCO 1-6-12
            Nuestro dignatario dijo que mentían como cosacos y se quedó tan ancho, con conciencia de haber dicho algo contundente, claro y definitivo. No es eso lo peor. Lo peor es que la mayoría de los que escuchan o leen ese aserto se quedan igual de anchos que él pensando que han oído o leído algo claro, contundente y definitivo.
         En lógica comunicativa no es entendible la frase, a no ser que alguien debidamente documentado nos dé una idea de la cuota de lo que mienten  los cosacos por cabeza y año, cifra hasta ahora incalculada pero que, por lo que se intuye, debe ser exagerada, en cualquier caso menor que la atribuible a los opositores al dignatario aludido, conocedor cierto, se supone, de los cosacos. Me pregunto que habrán hecho ellos para que se instale en nuestro lenguaje la expresión beber como un cosaco y acabar, por extensión, suplantando en nuestras castellanas fraseologías a los bellacos, diciendo que además mienten al punto de establecer marcas en la personalidad.
         Tan dados que somos aquí a predicar la sensibilidad para la conciencia e identidad de los pueblos y comunidades, sorprende esa ligereza de juicio, poco solidaria en la práctica de esa sensibilidad. No quiero ni imaginar las lindezas con las que nos regalarían los sentidos el susodicho y su cuadrilla si alguien, en una confusión más al uso, utilizara aquel dicho francés acerca de hablar como una vasca, o vaca, española, que no parece precisamente una frase equivalente al elogio de alguien que se exprese a la perfección. Cosaco es a bellaco lo que vaca es a vasca y vasco a Baco, o todos cosacos.

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