Según
avanza la humanidad, en el tiempo y en sus progresos, hay temas que
desaparecen, se superan o, simplemente, se quedan a vivir en el terreno del
relato, léase en la historia o en las diversas modalidades de la ficción. Por
ejemplo los miedos, los temores, el pánico. En nuestra sociedad se nos hacen increíbles,
salvo locura, ciertos miedos y pensamos que ocurren solo en la ficción, sin
pararnos a pensar que aquello que ocurre en la ficción ocurrió previamente en
la realidad, o incluso puede estar
ocurriendo sin que nos percatemos de ello. Sucesos aparentemente imposibles,
posibles hasta hace muy poco, siguen inundando el mundo.
Una
universidad de Arabia ha suspendido una maratón femenina en el que las
participantes iban a correr cubiertas, según costumbre, de la cabeza a los pies,
con posterioridad a que un grupo la calificase de vergonzosa porque perdían la decencia las estudiantes consiguiendo
que ningún hombre quisiera casarse con ellas. Casi tres centenares de niñas
cuyos padres habían decidido escolarizarlas son secuestradas en Nigeria por la
organización terrorista Boko Haram para venderlas en el mercado en el nombre de
dios. El líder de estos últimos ha dicho que ya les había advertido de que la educación occidental debía acabarse y de que “niñas,
tenéis que dejar la escuela y casaros". Los primeros afirman que la práctica del deporte
femenino va contra su religión, valores y tradiciones.
Salvando que la distancia geográfica es
bastante admitamos que la línea argumental nos es familiar, sin poder precisas
el punto exacto, claro.
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