Me
hubiera gustado titularlo valseo pero no se me hubiera comprendido. No pasaron
desapercibidos los pasos de baile que dieron el alcalde donostiarra y una
concejala del Partido Popular en el cañonazo que, urge una alternativa, da paso
a las fiestas de Semana Grande. Han tenido, como es tradición, lecturas
diversas y antagónicas pero ninguna nueva ni sorprendente, nada que el lector
no haya pensado o imaginado por cuenta propia, salvo que a veces tengo la impresión
de que lo que cada uno de nosotros llama normalidad es la norma con la que a cada
cual nos gustaría someter al otro. La complejidad de la cuestión va más allá de
cualquier baile, simbólico o no.
Alternativo
al clásico de los medios belicistas y victimistas, nada elogioso para la
concejala, una firma de un perfil local, emprendedor y dinámico, titulaba en
facebook: La Usandizaga bailando con Izagirre… y
revolución en LD. Intervine cuestionando la idoneidad del artículo “la” ante el
apellido, sugerí un sesgo sexista. Recibí una clara respuesta tirando para catalán o
rústico, a saber: No, La Callas, La Caballé
categoría (sic). Opinaban igual el susodicho y la cuadrilla y nadie dudaba
de que se escribieran como La Vergaresa. Abundé sin resultados. Desistí cuando
me vi como un moralista integrista predicando castidad, templanza y diligencia
en una bacanal. Me sentí, vejestorio y regañón, noctámbulo y metaplásmico. Pero
alguien tendrá que convencerme de que un titular que rezara que Maria José
Usandizaga y el Izagirre bailaron un vals no hubiera resultado, por lo menos, incómodo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario