viernes, 29 de agosto de 2014

SER

EL DIARIO VASCO 29-8-2014


        En hora tonta de día tonto la televisión da una noticia terrible, más terrible aun al no haber ninguna otra. En una villa cántabra un hombre había matado a puñaladas a una mujer y herido a otro hombre. Arrancan las secuencias informativas y, como las prisas son las prisas y el ser primeros y únicos es lo que cobra máxima relevancia, no sabe uno si se pretende informar o echar a andar una fuente de rumores y especulaciones. Un periódico, el periódico, llegó a contar que el agresor había tenido una relación con la víctima. Nuestra televisión, la de aquí, nos mantuvo constantemente alerta e informados, desplegó toda su capacidad narrativa para contarnos los detalles del suceso, con el añadido de que ensayó las mil maneras de no decir que el agresor pudiera ser de Bilbao. Creo que resultó serlo,

         Al día siguiente estos mismos papeles nos informaban de que los asesinados eran de una familia muy discreta y muy querida de Llodio, tanto que al decir de alguna gente de allí “no tenían amigos aquí” y “les consideraban como de Llodio de toda la vida aunque en realidad no lo fueran” porque el asesinado, proveniente de León se estableció y fundó familia aquí hará unos 50 años. Abundaba la información con la infancia y estudios en Llodio de la asesinada y su hermana, y con la dilatada vida laboral del padre, a más de su condición de testigos de Jehová.

         Se me hace cada vez más despreciable esa necesidad ineludible, ese valor, de tener que ser de algún sitio, esa gente que habla como si para ser infeliz fuera preciso ser de algún sitio y no bastara con solo ser.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario