viernes, 22 de agosto de 2014

PARAÍSOS

EL DIARIO VASCO 22-8-2014

         Desde que me contaron la historia siempre imaginé el paraíso verde, ajardinado y lleno de frutales, nunca lejos de un río donde el agua corriera fuerte pero sin agredir, igual que aquel hierbal de Urrestilla. Cuando visualizaba a Adán y Eva expulsados de él, los veía caminar por el camino donde jugábamos. Las dimensiones de mi mundo no daban para más. Con posterioridad, dependiendo siempre de lo visto y lo relatado, formatos y escalas se han modificado a velocidad inversamente proporcional a mi progresión biológica. Hoy, me cuesta dar con la visualización de lo que sería el paraíso.

         Puesto a imaginar un paraíso, y teniendo en cuenta que no todos a una cabemos en Lizarraga, me lo imagino como San Sebastián en Semana Grande, divertida, participativa, plural y euskaldún, con toques sociales, responsables, y de género. Cuesta superar nuestro nivel de satisfacción. Pero no me adapto en ese paraíso. Es como si todo el día tuviéramos que corretear, marido y mujer, intentando afanarnos una silla libre en una terraza de café y, ante la imposibilidad, decidiéramos que es un mal muy menor encontrar un espacio doble en un banco público.

         Siempre solemos dar con un banco, y a buenas se está muy bien, pero al ser de protección oficial no suele tener vista panorámica. Te das de morros con la persiana envejecida de un ex comercio, la sucia puerta de un ex bar o un vulgar escaparate de agencia de seguros. Es la única perspectiva que alcanzamos a tener en hora punta y lugar céntrico. Y, con todo, nos queremos y queremos a la ciudad, mucho. Ciudadanos, otro día.



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