viernes, 24 de junio de 2016

SOLO VIEJOS

EL DIARIO VASCO 17-6-2016

            Mis primeros recuerdos televisivos son el funeral de Kennedy, el gol de Marcelino, y el Puy de Dome de Jiménez batiendo a Bahamontes. Hoy acompaño a mi nieta viendo capítulos de Heidi. Chavala: imposible hacerte sentir cómo me derrito cuando, apagado el trasto, la nieta pasa su mano por mi cabeza y dice, “abuelito”, en un idioma que todavía desconoce. Me preocupa que me identifique como viejo impedido para las relaciones sociales y aparentemente huraño.
            Ya en la campaña de diciembre me molestó que Pedro, no el de Heidi, si no Sánchez, me mandara una carta agradeciéndome mi lucha pasada, el tesón de mi generación, el compromiso de quienes lo único que él sabría era que figurábamos en algún censo de afiliados de más de seis décadas de edad. Me anunciaba que la nueva generación se hacía con el timón del cambio. No me pareció mal, es ley de vida, pero a su vez lo entendí como una forma indelicada de llamarme viejo, pero viejo de esos mayormente inservibles, de los que ya no quedan. Reparé en el daño que causan los estereotipos.

            Chavala: he recibido carta de una tal Esperanza, diciendo que la suya no es una más de esas peticiones de voto. Me habla de que echa de menos nuestras batallitas de sobremesa, de los valores transmitidos, de que ella continúa, y de lo que va a votar, etcétera. Nunca hubiera imaginado que la juventud transgresora nos hubiera ganado en cursilería y que nos iban a hablar en ese tono. Está bien que piensen que el Skype y el Facebook los hayan inventado ellos solitos, y no que los hayamos aprendido juntos. Está bien, también, que nos llamen mayores, o viejos simplemente, pero de que no somos gilipollas se tienen que enterar, no es una cuestión de edad.

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