viernes, 15 de julio de 2016

JUVENTUDES

EL DIARIO VASCO 15-7-2016

            Ahora que ya somos pobres, o poco menos, podemos decir las cosas con calma y sin miedo, sin temor a las consecuencias fiscales que de ello pudieran derivar. Es más, nos produce cierto regusto imaginar que tenemos un problema con hacienda y capacidad y solvencia para arreglarlo. Pagaríamos con espíritu generoso y en una cena de amigos diríamos que esa mañana acabábamos de regularizar nuestra situación, con recargo incluso, para rematar diciendo. ¡cómo son! Pero como somos pobres, o poco menos, no tenemos ese problema. Ni tenemos margen para la irregularidad ni la cadena de corrupción nos ha enganchado. ¡Ni para eso! Quizás vayamos tarde.
            Por lo demás, bien. El fútbol nos ocupa en tareas verdaderamente importantes, como la de los papeles de Rulli, que parecen incautados en la guerra civil y que el Archivo de Salamanca, ese maldito estado, no nos los quiera devolver. Gritamos para quien nos quiera oír que no somos más ridículos porque no queremos, una cuestión de voluntad, de decisión, no de fatalidad. Y, eso sí, aplaudimos al delantero, punta de nuestra usurpadora y decepcionante vanguardia social, aunque nos defraude millones o maltrate a sus novias. Si es gol es gol, ¡oye! ¿cómo no me voy a sentir perseguido?

Pero no hay motivo para el pesimismo. Parece ser que en San Sebastián han identificado a un joven que alquilaba, el muy golfo, su vivienda de protección oficial pagada por todos nosotros, eso dicen. Y alguno más también. La sociedad ha reaccionado y ha emprendido una campaña político mediática contundente. Incluso el alcalde se ha puesto a su cabeza. Han prohibido diferenciar a jóvenes pícaros supervivientes y jóvenes codiciosos y avariciosos, que los hay. Está claro que no soy joven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario