domingo, 28 de agosto de 2016

ELOGIO

EL DIARIO VASCO 26-8-2016

         Le titularon la entrevista diciendo que a los políticos les toleramos cosas que en una empresa privada no les permitirían. Es un intelectual serio y que no se prodiga en tonterías a pesar de que, esta vez y a mi entender, tenía el punto crítico un poco chato, cosa que le hizo decir algo con que muchísima gente está completamente acuerdo. Se me fue el recuerdo a aquellos tiempos en que uno iba a cualquier ventanilla o mostrador de administración pública con un miedo general e indefinido a no se sabe qué, a poner a remojo su problema en un océano de ineficacia. Hoy, nos arrimamos a esos lugares, con la seguridad de nuestros derechos y con altas probabilidades de encontrarnos con gente que nos atienda amable y gentilmente. Desde luego que la probabilidad es más alta que en esas empresas privadas llamadas bancos o cajas, donde se va a ingresar diez euros, cancelar ese no sé qué, o modificar un dato, y se sale patrocinado por un problema que no se tenía, y que antiguamente se solucionaba fácilmente, pero que hoy no deja de perseguirle a uno a perpetuidad.

         Me pregunto yo cuantos cuñados, sobrinos, amigos y gente ineficiente rondará en las esferas privadas de las empresas sin evaluación de capacidad o aptitud. Y, no es que me lo pregunte, estoy seguro de que la corrupción en la política pública sería imposible sin corrupción en empresa privada ¿Quién, qué, para qué y para quién corrompe? Nunca censuraría a un joven, a un amigo, un familiar, diciéndole que lo que hace no se lo consentirían en la empresa privada. Ocurre que en todos nuestros ámbitos los sinvergüenzas empiezan a ser mayoría y tenemos que empezar a frenar el elogio incontrolado.

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