viernes, 28 de julio de 2017

ENCUENTROS

EL DIARIO VASCO 28-7-2017


                 En un alboroto en la calle se llevaron presos a Artemio Zarco y Miguel Castells hijo. Cuentan que tras ellos vieron como metían en el calabozo a Castells padre, defensor de su familia y de cuanto joven se alzara contra la dictadura. Viéndolo, concluyó Zarco, para sí, que aquello era inaudito, una situación que superaba toda expectativa.
         Me encuentro leyendo un precioso texto homenaje de Luis Castells a Ramón Recalde. La reacción del viejo Castells, había hecho la guerra con los facciosos, a las torturas y al consejo de guerra a su yerno le supuso la ruptura con su medio social y la hostilidad de alguna sociedad señera de la ciudad. Por su posterior activismo antifranquista lo juzgó el TOP, caso único de un notario bajo el franquismo. Cuenta Luis, niño, los días de navidad y reyes que pasó en Carabanchel con su cuñado condenado y la despedida que le propiciaron el resto de los presos, a coro con el “adiós, con el corazón”. Le marcó una pauta que se plasmó en una intensa actividad antifranquista, con abundantes resabios sectarios y comportamientos políticamente infantiles.
         Me encuentro también, en la calle, con una manifestación que exige derechos para los presos de nuestra organización terrorista. Dudo en desviar mi recorrido, como en otros tiempos, en doblegar la mirada, como en otros tiempos. Decido mantener la cabeza alta, la mirada alta, ojos frente a ojos, no habría, si no, libertad. Me obligo a no humillarme, ni tener miedo. Busco la manera de dar a entender que mi mirada alta, no es, no quiere ser, altiva ni altanera. Busco decir que son ojos que buscan la libertad de mirar, que buscan interlocución y que no saben si aciertan a expresarlo.

1 comentario:

  1. Querido Ramón: cómo no sé de qué manera ponerme en contacto contigo, utilizo este anómalo medio (al menos para nosotros). Es solo para agradecerte tus cariñosas palabras por este texto del DV.
    Alguno que no nos quiere, me comentaba que me dabas un palo por aquello de los resabios sectarios. Hice algunas risas al respecto.
    Lo dicho, muchas gracias.
    Un abrazo
    Luis Castells

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