viernes, 27 de abril de 2018

MARIIIINELA!

EL DIARIO VASCO 27-4-2018


Sí que es imposible lo de los futbolistas. Les acarrea peores consecuencias profesionales y personales una palabra, una frase sin contexto, que cualquier fallo tonto de irreparables consecuencias. Tienen que temer más a las personas, a los amigos, a los conciudadanos, que a la autoridad u otras adversidades. Pueden matar al árbitro o apalear a un colega sin que les falte el aplauso. Pero a la hora de utilizar la palabra, esa arma que tanto hiere, tienen que ir con más cuidado que si manejaran un explosivo a punto de estallar. Sus patronos les hacen hablar y no suelen saber qué decir. ¿Conoce el lector algo más aburrido, más tópico y con más latiguillos, que las declaraciones de los futbolistas? Serán personas encantadoras, pero, como grupo ¡Dios que repeinamiento!

Al mismo tiempo que la organización armada reconoció el daño causado, hemos sabido que Íñigo Martínez, de pequeño, delinquía, pues vestía la camiseta del Athletic. Han difundido su percepción de que no era del todo feliz en San Sebastián, es de tontos ser completamente feliz en cualquier sitio. Nos ha enervado la aspiración de cualquier profesional a superarse económicamente. No le hemos perdonado decir que nos quería cuando probablemente sí que nos quiso. Y le exigimos que no manifieste consideración por su nuevo patrón.

Acorde a los tiempos que corren propongo una prueba de convivencia. Que en el derbi se reciba a Iñigo Martínez, mal genio y tatuado, mira que me cae antipático, como se merece, no cantándole el Boga-boga, pero sí como se recibe a los artistas al salir al escenario, con un aplauso. ¿No somos una de las aficiones más nobles, si no la más? ¿O hemos perdido, también, esa seña de identidad?


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