viernes, 23 de noviembre de 2018

INJURIOSOS

EL DIARIO VASCO 23-11-2018


Me irrita la frecuencia de uso de la palabra facha y la ligereza con que se suele pronunciar el calificativo. ¿De cuántos escritores, intelectuales, representantes políticos y de personajes públicos no hemos oído decir que son unos fachas? Es la manera más contundente e irracional utilizada para evitar un debate razonado o un diálogo razonable. Si nos atuviéramos a la intención de quienes sueltan el calificativo deduciríamos que la academia de la lengua debiera modificar las acepciones de la palabra y sustituir aquella que significa fascista por una que se limitara a indicar que es palabra usada para calificar a alguien a quien se profesa gran antipatía, mal motivada y generalmente por gente indocumentada y arbitraria. A pesar del reaccionarismo cabalgante no hay tanto fascista entre nosotros. Es un adjetivo demasiado serio para soltarlo de cualquier manera y ante cualquiera. No merece esa frivolidad todo el daño sufrido.
Y ahora se nos ponen de moda golpista y racista. No me creo yo que nuestros parlamentos sean una covacha de fascistas, golpistas, y racistas. ¡Ah! Se me olvidaba, ni de machistas. Pero antipáticos empiezan a caer un rato largo todos aquellos que hacen que el diálogo político sea una sucesión de insultos y ofensas macarras y barriobajeras. El congreso de los diputados da vergüenza, por cierto, no más que su émulo, nuestro parlamento autonómico, cuando sus señorías se entretienen jugando a ver quién la suelta más grande o más sucia.
Cuando nuestros representantes vieran que flaquean ante su audiencia, que sus argumentos pasan desapercibidos, que su discurso aburre, nos harían un favor callándose educadamente antes de empezar a ultrajar con insultos necios o latiguillos patrioteros.

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