viernes, 28 de diciembre de 2012

BADABADU

EL IARIO VASCO 28-12-2012
         A tenor del título puede pensar el lector que la de hoy tampoco va en castellano y si no es así es más que probable que vaya en euskera. Cuando escribo esta columna en euskera, hay gente que se me acerca apenada de que no me haya entendido, los hay tan dueños de mi que me piden una pequeña traducción, o la traducción directamente. Nadie, en un territorio tan sensible, me lo ha dicho sin respeto y lo he solido entender como un gesto de cariño del que nunca sobra. Enternece el que me echen de menos y apena  el no hacerme entender. Con sorpresa y azoramiento tiro por la ironía y pienso que debiera responder que como nunca me dicen nada cuando escribo en castellano lo hago para comprobar que me echan en falta. No es cierto, ni sería justo con el lector. Habiendo gente agradecida en todas partes me consta de no poca gente que hace el esfuerzo de entenderme aunque no siempre consigo estar a su altura.
         Toda mi gratitud a la gente que no pierde las formas en medio de la pugna lingüística. Lo que hago no tiene por qué ser forzosamente para todos y la gente, una y otra, tiene sobrados motivos para sentirse desconsiderada. Peleo conmigo mismo para elegir una lengua u otra porque tengo dos, otra más dura es la pelea del que tiene solo una y no tiene elección, seguro. Las lenguas no serían lo que son si no estuvieran en contacto permanente unas con otras, no estarían vivas si no se confundieran entre sí. Sé que moverse entre ellas resulta grato o ingrato, según destrezas. La exposición de San Telmo es un honrado intento de exponer uno de los porqués. Badu bada

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