viernes, 29 de marzo de 2013

ES FIESTA

EL DIARIO VASCO 29-3-2013

            Analizando lo intrascendente de la motivación en las festividades estoy convencido de que ciertas gentes dejarían de hacer,  a mí entender, el ridículo de oponerse a la celebración. O cuando menos encontraríamos sospechoso el que todo un país, al unísono, celebre dócil y sumisamente divinidades, virginidades y santidades, sin que sus detractores se hagan ver o notar, y en días de celebraciones civiles y laicas, sin base religiosa que las sustente, afloren sonoras posturas de rebelión ante la festividad. Es lo mismo que decir que la celebración religiosa es la norma, que quien la discute o cuestiona lo mínimo manifiesta un enfermizo espíritu de contradicción ante cosas que ni molestan ni ofenden, y que la celebración civil es convención de interés partidista urgente que no tiene otro ánimo que importunar al vecindario imponiendo criterios que no tienen la consideración de inocuidad de lo religioso.
         Concluida esta placentera semana, los evaluadores le restarán o sumarán santidad, medida con pluviómetro o número de pernoctaciones de más o de menos facturados por la hostelería. Ellos y ellos tendrán que medir las consecuencias del hecho de convertir a dios en touroperador turístico. Pero no pasaré por alto la arrogancia de concederle la calificación de cultura a cualquier manifestación religiosa y negársela a la irreligiosidad. La soberbia de la influencia religiosa en la cultura solo puede ser neutralizada por la influencia de la cultura en la religión. ¡Y que no sea esta la causa de recortarnos las vacaciones!

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