viernes, 3 de julio de 2015

SUELDOS

EL DIARIO VASCO 3-7-2015

Hay gente de la política que, tan instalada y habituada, vive como una injusticia que se le recuerde que la vida fuera de la institución está achuchada y que debería tenerla más en cuenta a la hora de asignarse un sueldo. La observación suele resultar molesta, se acaba hablando de las diferencias y a la pregunta de cuantas de ellos serían capaces de ganarse el mismo sueldo en el mercado, contestan convencidos que puede que ganaran incluso más. Las más de las veces eso no indica sino una pérdida de contacto con la realidad que acaba en tóxico desgobierno.
No es intención alimentar el vomitivo discurso de que si hay gente dada a la política es por afición a meter mano en la caja y  por conseguir dinero fácil. De esos hay en todos los oficios y defendidos y escudados por la privacidad, un mundo supuestamente sin padrinos y con feroz competencia. Sólo proclamo el derecho de los de la cosa pública a compensaciones dignas y a que tengan un cese no humillante, privilegio, hasta el momento, reservado casi en exclusiva, a los funcionarios.
         En esta lógica me enervan bastante el exagerado y resentido eco de las noticias referidas a subidas de sueldos a cargos políticos, y me enerva más todavía la torpeza argumental utilizada por estos a la hora de justificar la asignación de esos sueldos, de defenderse de la acusación. Es una imbecilidad creer que el político debe de cobrar un euro más que el funcionario mejor remunerado bajo su control y directrices. Debe de cobrar lo que le corresponda de más, o de menos, teniendo en cuenta siempre que a él se le compensa su dedicada actitud ciudadana y al otro se le da un salario por su aptitud profesional y técnica.


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